Con Lips of the night, un tema que coquetea desde el rock con sonoridades más contemporáneas como el trap, el dúo Cliamm aspira a incluirse entre los nominados a los premios Cuerda Viva 2025, en la categoría pop rock.
Insertarse en ese certamen, uno de los más importantes del país en lo que respecta a la promoción de la música alternativa, representa un gran paso para los jóvenes músicos.
Carlos Rafael López Márquez y Liam Banasco apenas comienzan a desandar el azaroso camino de la industria musical, y lo hacen apostando por la defensa de composiciones propias en las que el rock se mezcle con otros ritmos, una propuesta que puede ser polémica para los más férreos defensores del género.
“Pero, te sorprendería conocer la cantidad de jóvenes que escuchan este tipo de música, más en los últimos tiempos con el acceso a internet y las redes sociales. Y nosotros sentimos que tenemos un mensaje que transmitir, sobre todo, muchas ganas de hacer”, asegura Liam.
La elección del pop rock, más que una tendencia musical de preferencia entre adolescentes y jóvenes, es resultado de las influencias que han incidido en los artistas desde el propio entorno familiar.
Un padre músico profesional (guitarra clásica) y otro, que es un reconocido artista visual, también amante de bandas rockeras consagradas como Guns and Roses, Metallica o Scorpions, constituyen fuentes de inspiración para los muchachos.
Ambos son egresados de la unidad docente del teatro lírico Ernesto Lecuona, pero en sus incursiones en la guitarra, la composición y la producción musical cuentan con una formación, fundamentalmente, autodidacta.
“Estudiamos mucho, principalmente, con tutoriales de internet; grabamos nuestra propia música; e incluso, queremos aprender de marketing… Todo lo que sea necesario para defender este sueño”, explica Carlos.
Y su compañero de escenario acota: “Hemos entendido que debemos aprender por nosotros mismos, y que todos esos conocimientos nos servirán de algún modo en el mañana. Este es un mundo difícil si quieres llegar a donde sueñas, y hay que soñar en grande”.
Según cuentan, el proceso creativo es toda una aventura, en la que apelan constantemente a la inventiva y a los recursos de los llamados home studios, alternativa de grabación casera, muy popular en estos tiempos ante lo difícil que resulta acceder a un estudio profesional.
“Empezamos con riffs de guitarras y progresiones que nos gusten, y ahí empezamos a fluir”, dice Carlos; mientras, Liam aprovecha para confesar que es ese momento de creación lo que más disfruta.
El dúo Cliamm tiene la belleza de la osadía y los nuevos intentos. Crecer es el desafío, y a juzgar por la pasión que desbordan los jóvenes músicos, no faltarán energías para intentarlo.