Han transcurrido tres décadas desde la primera publicación de Ediciones Loynaz en la provincia: el cuento de Aurora Martínez titulado Un dulce olor de azahares, con edición de Rafael Bernal Castellanos y diseño de cubierta de Silvio Martínez.
A propósito del aniversario, Guerrillero entrevistó al actual director de la editorial, también al frente del centro de promoción y desarrollo de la literatura Hermanos Loynaz, Luis Enrique (Kike) Rodríguez Ortega.
“La editorial se llamó en un principio Hermanos Loynaz -fuera de La Habana existía Ediciones Matanzas, Extramuro, Capiro y aquí deciden ‘hacer libros’ en 1991, imprimiendo en un taller de la Empresa Gráfica el primero de ellos en julio de ese año.
“Fueron valientes: no se contaba en la provincia con el capital humano para hacerlo (editores o correctores); por ejemplo, Castellanos era profesor de Español y Literatura del Ipuec Hermanos Barcón, y Silvio trabajaba en la Empresa de Medios de Propaganda. Lo interesante es que sí había escritores formados en talleres literarios, y surge la editorial como una necesidad”, explicó.
A partir de julio de 1991 y hasta el año 2000, o sea, en tan solo nueve años, se publicaron 75 títulos y surgieron las primeras colecciones del nuevo sello editorial.
“En el 2000 Fidel sugiere crear el Sistema de Ediciones Territoriales (SET) y ya en agosto se imprimen los primeros libros en los equipos con que se dotó a cada provincia: una pequeña imprenta, llamada popularmente Riso, por la marca de la impresora Risograf.
“El objetivo era publicar los títulos que con calidad se escribieran por autores de provincia, la mayoría inéditos. Era muy difícil para estos escritores hacerlo en una editorial nacional. Por eso aún nosotros tenemos ese objetivo bien claro, a la par de seguir siendo la editorial que más ha publicado y publica la obra de los Hermanos Loynaz”, aseguró Luis Enrique.
“En la última década las editoriales del SET se ganaron el derecho de que sus títulos se incluyeran en los planes especiales y el fondo de población, impresos en poligráficos, compitiendo con cualquier editorial de Cuba y del mundo. Por solo citar un ejemplo: el escritor Alfredo Galiano (ya fallecido) participó en la Feria del Libro de Barcelona con una publicación de Ediciones Loynaz, y títulos nuestros se comercializan en ferias internacionales como la de Bogotá, a la que fue invitado Silvio Álvarez, comercial del Centro Provincial del Libro y la Literatura. También ya incursionamos en la producción de obras digitales, e incluso, Ediciones Loynaz participó virtualmente en la Feria de Beijing, con títulos en este soporte”.
En 30 años, el sello vueltabajero ha materializado más de 500 libros, de aproximadamente 300 autores, y alrededor de 250 000 ejemplares en general. Asimismo, cuenta hoy con decenas de editores, correctores, diseñadores e ilustradores, que desde su ciudad laboran para los más diversos públicos, dentro y fuera de la Isla.
Rodríguez Ortega afirma que, en medio de la pandemia, trabajan a distancia y han concluido la edición, corrección, diseño e ilustración de todos los títulos del plan 2021 y ya están impresos y entregados al almacén el 90 por ciento de ellos. La editorial tendrá por vez primera un taller de impresión, donde se hará la impresión (en la nueva Riso) y todas las labores del «arte final» de los libros. Este último esperan inaugurarlo el 10 de septiembre próximo.
En cuanto a las proyecciones de la institución, afirmó: “Llegamos al trigésimo aniversario de Ediciones Loynaz con la alegría de continuar el trabajo de la publicación de títulos y autores, en su mayoría pinareños, muestra tangible de lo alcanzado en nuestro país en el sector cultural. El futuro en soporte papel está garantizado, tenemos equipos e insumos para satisfacer demandas de escritores y lectores, a la par de presentar los títulos del 2021 en soporte digital para el lector que usa las TIC. Esa es la obra de la Revolución, de su política cultural”.