El Gobierno de EE.UU. anuncia que impondrá embargos contra varios funcionarios cubanos, acusándolos de represión durante las recientes manifestaciones.
“El Departamento del Tesoro continuará estudiando a los funcionarios cubanos designados como responsables de la violencia, la represión y la violación de los Derechos Humanos contra manifestantes pacíficos en Cuba”, manifestó el martes la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Durante una rueda de prensa realizada en Washington (capital estadounidense), la funcionaria norteamericana alegó que la Administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, supuestamente busca una forma para hacer llegar ayuda “directamente” al pueblo cubano.
Con estas palabras, la vocera se refirió a las protestas registradas esta semana en algunas ciudades de Cuba contra la situación económica del país. La Habana apunta el dedo acusador a EE.UU. al respecto.
Cuba asegura que los recientes movimientos hostiles en la isla son producto de campañas de desinformación similares a las que encara Siria desde hace años.
Biden sigue política del palo y la zanahoria contra Cuba
La portavoz de la Casa Blanca, añadió, asimismo, que el país norteamericano, que desde hace años ha aplicado diferentes sanciones contra Cuba bajo cualquier pretexto, ahora quiere trabajar con el sector privado, el Congreso y las organizaciones internaciones para “aumentar los flujos de asistencia humanitaria” a La Habana.
Cuba denuncia “campaña de injerencias” por EEUU
Por su parte, la subdirectora de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, Johana Tablada, denunció que Washington, mediante una “campaña de injerencias”, quiere obligar a otros países que se pronuncien en contra de la Isla.
¿Qué pasó exactamente en Cuba?
El 11 de julio, Cuba fue escenario de movilizaciones contra la compleja situación económica como resultado del recrudecimiento del bloqueo de EE.UU. en su contra.
La Habana denuncia los llamados desde el exterior para provocar caos y desobediencia civil en el país, y asegura que las protestas fueron planificadas por los medios y la prensa, auspiciados desde EE.UU.
En reacción, miles de cubanos salieron a las calles en todo el país para salvaguardar la Revolución cubana.