Las secuelas que deja la COVID-19 en algunos pacientes es la pérdida de olfato por daños directo del virus en el sistema nervioso central. Así lo atestiguan especialistas de la OMS, pues estudios realizados demuestran que hay pacientes que desarrollan una cefalea crónica debido a la liberación de citoquinas al producir inflamaciones secundarias.
También se puede dar la inmunidad cruzada, es decir, puede producirse el síndrome de Guillain-Barré en que las secuelas graves junto a los ictus conlleva a dificultades al andar y moverse, ya que afecta al sistema motor y el sensitivo.
Existen preocupaciones sobre lo que puede generar la enfermedad después del alta clínica y epidemiológica del paciente, pues entre las secuelas respiratorias más frecuentes, después de un cuadro clínico grave, está la fibrosis pulmonar por daños en el tejido y formación de cicatrices que provocan que ese órgano se expanda menos o con mayor dificultad, además de la disnea y fatiga. Los científicos buscan entender cuáles de estos efectos tienen consecuencias a corto, mediano o largo plazos.