Los amantes del cine y la literatura podrán ser testigos, mañana, de una feliz combinación cultural coincidente en el tiempo. La televisión estrena el filme francés El acontecimiento (Audrey Diwan, 2021), León de oro en el Festival de Venecia, basado en una de las novelas más difundidas de la flamante premio Nobel de Literatura 2022, Annie Ernaux, a quien, a los 82 años de edad, la Academia sueca le reconoció «el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las trabas colectivas de la memoria personal».
Lo anterior significa que la Ernaux, luego de haber escrito literatura de ficción, asumió un estilo autobiográfico que le ha permitido tratar temas como su infancia, la adolescencia, la vida de sus padres, su matrimonio, un cáncer de mama y un aborto que creyó necesario llevar a cabo en la Francia de principios de los años 60, cuando era una joven estudiante de Literatura, llena de sueños, luchando contra las prohibiciones y conservadurismos de la época, y dispuesta a no convertirse en lo que otros pretendían que fuera.
Además de una experiencia traumática, El acontecimiento de la Ernaux revela un cuadro de comportamientos masculinos desconcertantes, incluyendo a aquellos que, aprovechándose del estado de embarazo de la muchacha, pretenden aprovecharse sexualmente porque «ya el mal está hecho». Hoy día, el libro se considera un texto de referencia sobre el tema del aborto, y de él la escritora ha dicho lo que muy bien le encaja al filme cuya realización ha respaldado: «Es posible que ese relato provoque irritación, o repulsión, o que se le acuse de mal gusto. Haber experimentado algo, sea lo que sea, le da a una el derecho inalienable de escribir sobre ello. No hay una verdad menor. Y si no relato esa experiencia, estoy contribuyendo a oscurecer la realidad de las mujeres y a ponerme del lado de la dominación masculina del mundo».
El tema del aborto ha recibido esquinazos por parte del cine de ficción. Se habla de él, se introduce en ciertos conflictos, pero nunca se le muestra en toda su dimensión física y espiritual. Fiel a la novela, el filme de Audrey Diwan lo hace con crudeza, para que el espectador interiorice lo que sintieron, y sienten, esas mujeres que se ven obligadas a adoptar métodos que conspiran contra sus vidas. Surge así una película dura e interesada en convertir el aborto en un riguroso testimonio emocional, dimensionada la historia gracias al excelente desempeño de la joven actriz Anamaria Vartolomei.
Si bien el filme se ubica en el pasado, sus connotaciones políticas, sociales y emocionales son muy actuales, en medio de un debate de fuerzas activas dispuestas a dar la batalla frente al radicalismo más exacerbado. Un filme crudo, pero concebido con una impresionante honestidad de composición humana, a partir de la soledad y desventaja de una heroína que se niega a ser humillada.