Este tiempo de aislamiento en casa ha servido de reto a muchas madres que ejercen como maestras de sus hijos, al recibir las orientaciones por los canales educativos de la televisión. En este hecho que les narro, los desafíos fueron diferentes, pero el amor de madre se iguala ante la descendencia.
Una tarde Thomas Edison (científico estadounidense) llegó a su casa, después de tres meses de estar asistiendo a clases, y entregó una carta a su madre enviada por el maestro. Ella lloraba mientras leía en voz alta: “Tu hijo es un gran genio. Esta escuela no es para él, hay pocos expertos buenos para enseñarle. Por favor, enséñele usted”.
Nancy, su madre, sacó al niño del colegio y lo educó en casa. Le enseñó a leer y a escribir, aritmética y lecturas de historia mundial y de obras literarias de Shakespeare, Dickens…
Años después de la muerte de su madre, Edison se convirtió en uno de los grandes genios del siglo XIX. Sus más importantes descubrimientos tuvieron un amplio impacto en inversiones como la luz eléctrica y en el suministro público de electricidad, en la grabación del sonido y la cinematografía, los cuales se convirtieron en poderosas industrias en todo el mundo.
Una noche en el armario el científico encontró la carta que le había enviado el maestro a su madre, en ella se leía: “Tu hijo es incapaz y esta mentalmente enfermo y no podemos dejar que venga más a la escuela. ¡Está expulsado!”. Así fue que Edison se sintió emocionado por saber lo que hizo su madre por él.
Thomas Edison era el niño mentalmente enfermo, sin embargo, su madre lo convirtió en el genio del siglo”. Quedó demostrado que el amor y la dedicación de una madre, puede cambiar el destino de su hijo y tragar la más amarga de las lágrimas por él.