Muy ardua ha sido la lucha de las mujeres cubanas en pos de la reivindicación de sus más elementales derechos. Sudor, perseverancia y empeño les ha costado la conquista de su dignidad, la cual defienden hoy a capa y espada.
“Antes de 1959 ocupaban posiciones de doble o triple opresión: opresión de clase, como campesinas u obreras y como reserva laboral explotada en la conservación del capitalismo colonial; opresión sexual en un sistema económico en que el machismo y las costumbres tradicionales constituían un baluarte de status quo; a todo eso se adicionaba a menudo la opresión por el color en un sistema en que el racismo era igualmente parte integral de mantenimiento del equilibrio de poder”, refieren los autores Díaz Cuellar, Castro Gutiérrez y González Landrián en su artículo La mujer cubana: evolución de derechos y barreras para asumir puestos de dirección.
Hacia 1953 constituían aproximadamente el 9,8 por ciento de la fuerza laboral del país. Un elevado número de ellas hallaba su sustento en el ejercicio de la servidumbre o la prostitución.
Después del triunfo de la Revolución fueron promulgados varios programas sociales en beneficio de dicho sector poblacional. Se hizo evidente su incorporación masiva al trabajo y su participación activa en la vida social, cultural y económica de la nación.
Fueron adoptadas en la Isla políticas y medidas encaminadas a garantizar la igualdad plena de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres y se dictaron leyes como la de maternidad y el Código de Familia que ofrecían garantías y beneficios para la superación, emancipación y empoderamiento de las féminas.
Hoy día las mujeres representan más del 56 por ciento de los graduados universitarios cubanos y constituyen las dos terceras partes de los técnicos y profesionales de la nación.
“Sin la mujer, la obra ingente de la Revolución no habría sido posible. A lo largo de estos años difíciles, no ha habido tarea económica, social y política, no ha habido logro científico, cultural y deportivo, no ha habido aporte a la defensa de nuestro suelo y de la soberanía de la Patria, que no haya contado con la presencia invariablemente entusiasta y patriótica de la mujer cubana. Nadie como ella ha hecho los mayores sacrificios en el periodo especial que estamos aun viviendo, ni se ha empinado tanto hasta convertir en hazaña el esfuerzo cotidiano», expresó con relación al tema el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
La fundación de la Federación de Mujeres Cubanas en agosto de 1960 supuso la inclusión de las mujeres en el proyecto político de la Revolución. Esta institución ha trabajado arduamente para revertir las desigualdades de género, eliminar todo tipo de discriminación y promover el bienestar de la familia cubana desde el ámbito comunitario mediante actividades educativas, orientadoras y de atención social.
Actualmente la organización promueve el Programa nacional para el adelanto de las mujeres, aprobado recientemente por el Consejo de Ministros que incluye 44 medidas enfocadas a lograr mayor sistematicidad por parte de los Organismos de la Administración Central del Estado en el seguimiento a los asuntos que garanticen el progreso sistemático de las mujeres en la sociedad.
Teresa Amarelle Boué, secretaria general del Comité Nacional de la FMC, sostuvo que “el Programa recoge la necesidad de intensificar el desarrollo de políticas públicas y de fomentar la educación con enfoques de género en las familias y las comunidades. Con esa misma perspectiva, la premisa es también capacitar a los servidores públicos para que se proyecten en esta dirección”.
El combate de la violencia de género y la discriminación, son temas transversales a todo el programa que igualmente profundiza en otros tópicos como la educación sexual, la promoción de un lenguaje inclusivo y el perfeccionamiento de la legislación vigente, entre otras cuestiones.