La noticia divulgada por el diario Granma se ha hecho muy popular entre los fanáticos cubanos: presumiblemente Venezuela abrirá contra Cuba con un lanzador con experiencia en las Grandes Ligas del béisbol estadounidense, durante el debut de ambas novenas en el Preolímpico de las Américas.
En el torneo que se celebrará a partir del 31 de mayo, hay grandes probabilidades de que Aníbal Sánchez, campeón con los Nacionales de Washington en la Serie Mundial de 2019, sea la carta de triunfo ante los cubanos, principalmente debido a la complejidad de este evento donde es casi imprescindible ganar el primer encuentro.
El serpentinero venezolano, de 37 años, seis pies de altura y aproximadamente 92 kilogramos de peso, tiene 1 982 entradas lanzadas en el mejor béisbol del mundo, circuito donde ha jugado de 2006 al 2020 y acumula 112 éxitos en esa pelota y trabaja para 4.05 de promedio de limpias y un whip de 1.31, estadísticas más que meritorias.
También la Federación de ese país ha confirmado que estará el receptor Robinson Chirino, quien juega en las menores con una sucursal de los Yankees de New York y acumula nueve temporadas en las Mayores, con 423 hits, 100 dobles y más de 4 000 entradas a la defensiva en las Grandes Ligas.
Sin embargo, Venezuela no es el único rival de consideración de la selección nuestra de cara a la clasificación olímpica y, por otra lado, la propia esencia de este evento conspira contra nuestra armada, que tiene un estrecho camino lleno de obstáculos para llegar a Tokio, aunque no es necesariamente este certamen el último chance porque cabe la posibilidad de ocupar el segundo o tercer puestos y clasificar para el último preolímpico en Taipéi de China, en junio.
Lo cierto es que parece muy poco probable que Cuba participe en el béisbol en las próximas olimpiadas y cuando digo esto no asevero que se carezca de talento en la pelota cubana: eso sí abunda e incluso hay jugadores prometedores que no están en ninguno de los dos equipos Cuba conformados recientemente.
Primero porque se trata de un torneo fuerte, donde estarán otros contendientes de poder, incluso en el grupo de Cuba, el apartado B, estarán Canadá y Colombia; mientras por la otra llave jugarán Estados Unidos, República Dominicana, Nicaragua y Puerto Rico.
Otra razón, porque nuestro béisbol, aunque repito hay talento, ha bajado su nivel y ya no se juega con la misma calidad de antaño, no obstante será una de las selecciones cubanas con mayor experiencia en ligas foráneas y así lo confirman los nombres incluidos en la lista preliminar de 32 peloteros.
Y el otro argumento en contra del Cuba son los últimos capítulos en el escenario internacional: séptimo lugar en el IV Clásico Mundial y la posición 10 en el Premier 12, en 2019, no son buenos vaticinios de cara a un evento que deberá ser más difícil para el equipo nuestro que estos dos referentes.
No menos dolorosa, aunque esté casi al final de este comentario, es la lesión que presenta Yurisbel Gracial, cuya participación en la cita de la Florida parece imposible, ausencia que será dura para el conjunto de las cuatro letras, por tratarse del pelotero más completo de todos los que pueden, en estos momentos, representar a la nación.
En el caso de nuestra provincia, pudiera estar representada por tres lanzadores, si en definitiva se une a Liván Moinelo y Raidel Martínez el joven prospecto Frank Abel Álvarez, sin duda una noticia muy esperada en esta parte de la geografía cubana.