Se le extraña la facundia ejemplarizante y el accionar decidido de líder excepcional, llamando a los expertos y preguntando cada detalle para trazar el camino a la victoria.
¿Qué habría hecho Fidel en el enfrentamiento a una pandemia como la del coronavirus SARS-CoV-2 que causa la Covid 19 y tiene al mundo en vilo?
Como hay que hacer ante el coronavirus y en otros tópicos, Fidel no dejó nada al azar en la salud pública cubana y es la indudable fortaleza de Cuba hoy. No fue algo circunstancial. Soñó realista y revolucionariamente y consiguió llevarlo a la práctica, con la genialidad de su pensamiento y acción.
“[…] La Revolución no se concreta a exponer ideas, sino a realizar ideas, la Revolución no es teoría, es sobre todo hechos.”[1]. Así dijo el Comandante el 17 de octubre de 1962, en la apertura del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón.
Para que Cuba dispusiera de un sistema de salud capaz de enfrentar una pandemia que muchos poderosos no han podido, la Revolución conducida por Fidel estableció el derecho del pueblo a la asistencia médica gratuita y de máxima calidad.
Frente al modelo neoliberal, Cuba brega con su estado revolucionario, siguiendo a Fidel, con el precepto de que la salud no es un negocio y se han invertido cuantiosos esfuerzos, energías y recursos en esta actividad, derivados de los cuales en la Isla se sortea el azote pandémico.
Cuando hoy admiramos y honramos a los trabajadores de la salud no ha de olvidarse que Fidel trabajó y abogó por que la mejor calidad humana debía estar en la salud, que no es solo la calidad técnica sino de la calidad de mujeres y hombres que trabajan en ella, que determinan el resultado del esfuerzo que despliega la Revolución para con la salud del pueblo.
En la batalla contra la Covid 19 a Fidel no le habría faltado la confianza en su pueblo y como que en todas la batallas, aun las más complejas, las ganó con su gente cubana. «Somos, sencillamente, un pueblo que ha sabido estar a la altura del momento que vive, (…) un pueblo que cuando fue necesario pudo sacar de sí todo lo que tenía de heroico, todo lo que tenía de tenaz, todo lo que tenía de valiente…».[2]
Pero, la fortaleza del pueblo cubano tiene su piedra angular en la unidad, que Fidel bordó desde los primeros días de la Revolución, y que hoy en las instituciones de la República, sus organizaciones populares y creaciones como la Defensa Civil, conducen exitosamente el enfrentamiento a la pandemia.
Y, como la mayor prueba de lo que se necesita en el mundo: solidaridad, Fidel nos dejó la creación del Contingente Henry Reeve, después de una estela brillante de apoyo incondicional a pueblos necesitados. [3]
En la fría noche del 25 de mayo de 2003 durante un discurso pronunciado desde la majestuosa escalinata de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Fidel dijo: «¡Médicos y no bombas!», sentencia que abochorna al mundo capitalista y que signa la victoria de Cuba.