No solo el verso de Dolores Rodríguez de Tió, sino otras muchas razones unen a Cuba y Puerto Rico, de ahí que sea muy fácil que surjan lazos de amistad y hermandad entre habitantes de este archipiélago y la nación boricua.
Precisamente tal sintonía de entendimiento estableció con un número importante de escritores cubanos la reconocida poeta, narradora, traductora, editora y activista femenina Luz María López.
Al contactar con ella para solicitarle una entrevista agradeció la oportunidad que se le brinda para decir de inmediato: “Es un honor poder comunicarles mi sentir. Un saludo amoroso al pueblo cubano. Gracias por su entrega humanitaria en estos momentos de pandemia, Cuba la bella, Cuba la hermana de Puerto Rico”.
Esencialmente, un poeta es un procesador de la realidad, la lleva a su obra y la hace sensible. En tiempos de tanta incertidumbre, ¿cómo has reflejado esto en tu quehacer literario?
“Los ánimos me retan cada día. Escribo relatos cortos, tipo crónicas, en prosa poética, donde lo que reflejo es precisamente cómo voy procesando-manejando el diario vivir desde la incertidumbre, el encierro, las preocupaciones, la inseguridad al salir a la calle. No el miedo, no siento miedo aún.
“Cuando escribo no lo hago para hacerle reclamos a los gobiernos ni para acusar ni despertar angustias, ya a las gentes les sobra angustias. Es poesía que busca invertir en reconstruir la visión de vida, ahondar en la parte maravillosa del ser humano, que es sanarse ante la adversidad y brindar una ventanita abierta para mirarnos dentro del universo que habitamos; ser felices, no para rabiar o llorar más, porque ya el dolor está ahí, no deseo recalcar el dolor, sino sublimar donde podemos.
“Aun así, dentro de una cierta sutileza va también el mensaje urgente en esa misma dirección que evito nombrar. Nuestro mundo es caótico las más veces. Llevarte a otra dirección de pensamiento es precisamente hacerte ver las carencias, ¿por qué no?
¿Cómo has visto que se refleja esta realidad en la obra de muchos de tus colegas?
“Los poetas amigos y colegas están escribiendo tanto, muchos van desde la poesía activista de denuncia a la poesía que es convocatoria para salvar la humanidad, para salvarnos en el cambio mismo de nuestra naturaleza humana, por el bien de la humanidad y el planeta.
“Otros poetas escriben para dejarnos saber del dolor de sus calles y familias y son crónicas ciertamente que tendrán su lugar en la historia de este siglo.
Porque nunca antes nos amenazó a todos a la vez algo tan silencioso y tan letal. Y vemos que lo que nos mata salva a la naturaleza misma, la salva de nosotros, aun a sabiendas de que estamos en un paradigma existencial.
“En este nuevo espacio de introspección, todos los poetas coinciden en que esta calamidad la han creado los poderes políticos y que estamos indefensos ante la tragedia humana y también hemos sido abusados. ¡Es un despertar!
¿Cuánto te has refugiado en la poesía, la que escribes o la que lees, en tiempos de aislamiento social?
“Me refugio en ella a diario. De hecho, es una manera de existir y coexistir.
Sobrevivir también. En momentos de crisis, como ahora, donde estamos todos en este mundo, confinados por miedo al contagio y la muerte, tragándonos temores y amenazas, es cuando más nos llama la poesía. Seamos poetas o no.
“Nuestras voces, las voces de la humanidad, los poetas, nunca estarán en aislamiento social. ¡Muy por el contrario! Nuestras voces son libres, entusiastas, es lo que nos queda como refugio. Nuestras voces son ahora la fuente más necesaria de vida comunitaria, pertenencia, seguridad y curación.
“Es imperante desatar emociones y sanación a través de la poesía. La poesía toma vida, da ánimo en medio de estos espacios oscuros que pueden resultar devastadores. De repente, la poesía es la verdadera historia, el diván de confidencias, la medicina o terapia que sana, la transformación ante la tragedia. Fe, desde el acercamiento espiritual.
“¡La verdad es que nadie está preparado para esta nueva manera de vivir! Vulnerabilidad y soledad. Escucho y leo poesía de otros poetas, escribo poesía. También me refugio en la poesía universal, la que ya está escrita, la que existe para siempre. Durante tantas horas de misteriosos encierros, es como respirar. Escribo poesía a modo de un diario de mi propia vida coronavirus ‘tóxica’, que también es la de tantos, si vamos a ver.
“Por eso la poesía es necesaria y los poetas inmortales, por decirlo metafóricamente. Decía Aristóteles, el filósofo griego, que en la poesía hay más verdad que en la historia. Decía Gabriel Celaya que la poesía es un arma cargada de futuro. Y ciertamente lo es. Si pretendemos saber cómo se ha vivido, sobrevivido, no más hay que ir a la poesía escrita. Ahí está la historia de la humanidad, desde adentro de las paredes, las calles, el gozo o el dolor”.
Con su obra incluida en múltiples antologías internacionales de poesía y numerosas revistas literarias de renombre mundial, que Luz María López nos haya dedicado parte de su tiempo a dar respuestas tan humanas y profundas permite experimentar un agradecimiento inconmensurable a la par que valoramos la vitalidad que de ellas emana.