El arte tiene la capacidad de erizar la piel, de remontar la mente a los terrenos profundos de la reflexión, la inteligencia emocional. Si aborda la historia e identidad de una nación, muchos pueden sentirlo propio.
La pieza El mambí del compositor y músico cubano Luis Casas Romero, en la voz de Santiago Feliú es uno de esos ejemplos lúcidos donde arte e idiosincrasia se entrelazan. El tema ha cobrado imagen en el video clip homónimo que los directores Roly Peña y Alejandro Pérez han materializado con motivo del 62 aniversario de la Revolución cubana, bajo el auspicio del Ministerio de Cultura (Mincult); y que en los últimos meses hemos visto publicado frecuentemente en las redes sociales y la televisión nacional.
El material audiovisual describe estampas de batalla de Cuba contra el colonialismo español, con la energía, el fuego, la tragedia de los enfrentamientos campales. Alrededor de 50 caballos con jinetes profesionales fueron empleados en su producción.
En el making off del video, el propio Alejandro Pérez refirió que la obra era un reto por la complejidad de los planos, al concurrir muchas personas dentro de ellos haciendo diferentes acciones, sumado a la carencia de extras.
Pero los directores no estaban interesados únicamente en las escenas de combates. Los jóvenes actores Amelia Fernández y Javier Gallestey encarnaron un ardiente romance que humanizó la narración visual y la llenó de erotismo. El espectador pudo sentir la evolución en la vida en campaña de estos personajes, su entrega a la causa y sus pérdidas.
La voz de Santiago, el piano de Frank Fernández y el fragmento del Himno Nacional coloreado en la trompeta de Alexander Abreu ebullen con un magnetismo estremecedor. Este video trae a la contemporaneidad un sonido que no pasa de moda por la calidad de su ejecución y letra.
La fotografía ha escogido el blanco y negro para versar sobre las distancias temporales, los recuerdos, el drama histórico. La cámara lenta (slowmotion) destaca algunas tomas imprescindibles en el argumento y sugestiona; la cámara en sí, también se vale de las más diversas angulaciones para comunicar y conmover.
No digo más, véalo usted mismo en cuanto tenga oportunidad. El mambí es una obra acertada en su concepto y ejecución. No en balde, el Mincult la seleccionó para celebrar la jornada por el Día de la Cultura, el pasado 20 de octubre.