El médico de Sandino que salva vidas en Sudáfrica

medico pinar del rio guerrillero

Doctor Yosbel en plena actividad quirúrgica

Hoy cuento  la historia del hijo de Antonio Moreno y de Julia Coromina: el médico del municipio pinareño de Sandino que cumple misión internacionalista en la provincia de Limpopo, Sudáfrica.

La propuesta supone viajar hasta cerca de las fronteras con Botswana, Zimbawe y Mozambique; entre montañas, bosques secos y vida salvaje.

Hasta allá llegó en 2020 el doctor Yosbel, como parte de la brigada Henry Reeve. 

Atendió a pacientes graves por la Covid todo un año. Después se  entrenó en el departamento  de Ginecobstetricia del hospital  regional  Kgapane, donde hoy dirige  el de Cirugía General. 

Realiza partos, cesáreas de emergencia y electivas, abordajes a embarazos ectópicos, laparoscopias, salpingectomías, biopsias, ultrasonidos, amputaciones de miembros, torsiones testiculares,  circuncisiones y otras cirugías menores, además de dar anestesia.

En Cuba laboró en un consultorio del médico de familia y en un combinado militar con internos.  Cumplió misión en Brasil y,  de  regreso, fue jefe de un  Grupo Básico de Trabajo en el municipio de San Juan y Martínez.

Asume ahora el reto de estar lejos, según él mismo dice: “Aprendiendo todos los días, tratando de ser un mejor profesional, y sintiendo el cariño de  pacientes y compañeros de trabajo”. 

No le resultan hostiles ni largas las horas de cirugías; tampoco la fauna salvaje que le rodea, la cual, digamos, hasta disfruta; ni el inglés o los 11 dialectos que usan en estos confines pobres y sufridos de Sudáfrica.

A lo que no renuncia ni un solo día, mientras permanece en esa lejanía, es a hablar con sus padres o con el pequeño sobrino que le llama papá.

Leer las experiencias cotidianas del doctor  Yosbel, con fotos, cifras y emociones incluidas,  prueban que este pinareño  está consciente del momento vital en que se encuentra. En función de ello usa su preparación, su esfuerzo, su actitud, su paciencia  y  su capacidad de adaptación al cambio, no solo para poner en alto los valores de la escuela cubana de Medicina, sino también para crecer humana y profesionalmente.

Nos dice que la experiencia que ha adquirido en Sudáfrica le va a permitir  salvar muchas vidas más. Nació para ser médico, él lo sabe, y Antonio Moreno y Julia Coromina están orgullosos de eso.

Por Mylenys Torres

Salir de la versión móvil