Aunque todavía no aprende a succionar la leche del pecho de su madre, la pequeña Nasly Milagro Rodríguez Madera ya puede disfrutar, por momentos, del calor de su progenitora, que no es igual al de la incubadora que la ha mantenido con vida desde su nacimiento el pasado 21 de diciembre.
Con peso de apenas mil 400 gramos y 29,6 semanas de gestación vino al mundo, pues así lo quisieron el destino y la preeclampsia grave que presentó Silmany Madera Díaz, natural del municipio de San Juan y Martínez.
A las 9:50 de la noche llegó Nasly, después de que un equipo multidisciplinario del Hospital General Docente Abel Santamaría Cuadrado, de Pinar del Río, decidiera salvar la vida de madre e hija.
Estuve en terapia cinco días. Cuando vine por primera vez a Neonatología y la vi con todos esos equipos pensé: “Es imposible que se salve”- suspira-; y hoy está aumentando de peso y siento una felicidad inmensa, aseguró a la Agencia Cubana de Noticias.
La verdad es que es un milagro después de todo lo que hemos pasado. Parí el 21 y pasé mi cumpleaños aquí, el 26 de diciembre, pero muy contenta porque sabía que la niña estaba respirando.
Aquí estamos las dos, fuertes y echando pa´ lante gracias a Dios y a todos los médicos que nos atendieron, que no fueron pocos. Y ya la estoy lactando, precisó Silmany, de 38 años, madre de otros cuatro hijos.
Y es que requirió de procedimientos y protocolos que involucraron varios servicios y profesionales del bloque materno de la institución asistencial, muestra de la integralidad del sistema de trabajo del Programa de Atención Materno Infantil (Pami): atención obstétrica, perinatal, comisión de atención a la morbilidad materna grave; y de la atención primaria de Salud como eslabón clave para determinar la situación de gravedad.
Esmero que tributó a que la provincia más occidental cerrara 2024 con tasa de mortalidad infantil de 4,2 por cada mil nacidos vivos, la segunda mejor del país.
Había que lograr que el feto naciera en las mejores condiciones, rememora el doctor Reinaldo Menéndez García, subdirector materno- infantil del “Abel Santamaría Cuadrado”, uno de los que todo el tiempo estuvo al tanto de ambas.
Son dos vidas salvadas. Silmany fue de nuestras últimas pacientes el año pasado y actualmente se encuentra compensada de su patología de base, y la niña recupera peso, argumentó.
Ese es el mayor regalo que pueden tener un médico y un equipo de salud, cuando ven concretadas la felicidad y la sonrisa de una madre, dijo.
El hospital Abel Santamaría Cuadrado cerró el calendario precedente con tasa de mortalidad infantil de 1,5; y un índice de supervivencia del 89 por ciento en recién nacidos con peso inferior a los mil 500 gramos.