En papiros egipcios que datan del año 1 500 antes de nuestra era en el antiguo sistema de medicina india o en el propio Antiguo Testamento se aludía de alguna manera a elementos relacionados con lo que hoy se conoce como la enfermedad de Parkinson.
Figuras como Da Vinci, Shakeaspeare o Rembrandt también reflejaron en sus obras trastornos motores o temblores, pero no fue hasta 1817 que el londinense James Parkinson publicó un ensayo que recogía detalladamente rasgos del padecimiento a partir de la observación de seis pacientes.
La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno progresivo del sistema nervioso central que afecta el movimiento y suele ocasionar temblores. A pesar de que aún no se encuentra una cura, los avances de la ciencia han logrado mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Es una condición neurodegenerativa que no hace distinción de sexo o raza y afecta aproximadamente a dos de cada 100 personas mayores de 65 años. Aunque se registran algunas tendencias de aparecer en edades medianas.
El Parkinson se caracteriza por rigidez muscular, falta de equilibrio y un llamado temblor de reposo que usualmente es más pronunciado en un lado del cuerpo. Además se reduce la amplitud de movimiento, el parpadeo y la frecuencia para tragar. Aunque existen otros síntomas secundarios como el estreñimiento o la piel reseca, no todos los diagnosticados desarrollan el cuadro clínico completo.
También puede acarrear complicaciones como dificultad para pensar, depresión y cambios emocionales, trastornos del sueño, disfunción sexual y del olfato, dolor en áreas específicas o en todo el cuerpo, problemas en la vejiga o cambios en la presión arterial.
La degeneración de las células de la parte central de cerebro, conocida como sustancia negra, provocan la mayoría de los síntomas de la enfermedad y aunque el tratamiento es individualizado, la administración del medicamento conocido como Levodopa ha demostrado ser muy eficaz para su control.
En un estudio realizado el pasado año por varios neurólogos cubanos del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) se describía la cirugía ablativa del núcleo subtalámico como un tratamiento a la enfermedad en un estadio avanzado y que constituye una alternativa que propicia efecto y seguridad probada en el control de los síntomas.
“Actualmente se trabaja en el desarrollo de nuevas dianas quirúrgicas y métodos de abordaje, mejoramiento en la obtención de imágenes, registro de la actividad eléctrica cerebral profunda, neuronavegación y conocimientos sobre fisiopatología de las alteraciones motoras del Parkinson”, refiere la investigación.
La ciencia avanza a pasos agigantados y las investigaciones en torno a este padecimiento son cada vez más prometedoras, pero también depende de la familia y de un entorno favorable que quienes sufran de la enfermedad puedan hacerle frente y mejorar su calidad de vida.
Curiosidades: Según la Sociedad Española de Neurología, el origen del Parkinson se desconoce en un 85 por ciento. El 10 por ciento de los casos se considera genético y el cinco podría tener origen ambiental o tóxico.
Un estudio de la universidad McGill, de Canadá, reveló que la cafeína reduce los problemas motores en pacientes con EP. Al parecer los receptores A2A de la adenosina son bloqueados por la cafeína y le confieren un papel neuroprotector.
Algunos científicos han demostrado que un diagnóstico infalible de la enfermedad puede realzarse con una biopsia de las glándulas salivares, pues contienen proteínas anómalas en sujetos con el padecimiento.