El parque Martí cumplió el pasado 24 de febrero 95 años. Siguiendo la historia, Guerrillero conversó con Pablo Joaquín Padrón Ruiz, historiador del municipio.
“Fue primero una plaza de armas. El pueblo de San Luis está estructurado cumpliendo las normas españolas: la iglesia y el parque fueron ubicados en la parte más alta; la existencia de ríos, arroyos y lagunas cercanas propiciaban el abasto de agua” – reveló.
“Al iniciarse la República desaparece como plaza de armas, muchos comenzaron a llamarla Plaza parroquial o La plaza del pueblo. Ya en 1924, en la antigua colonia española, Aurora, que era una sociedad de recreo, se manejó la idea de convertirlo en un parque municipal y que llevara el nombre de José Martí.”
Por un decreto emitido por el entonces presidente de la República, Alfredo Saya, era común que muchos pueblos de Cuba asumieran el nombre del Apóstol para sus calles principales. Pero por un reclamo de las autoridades sanluiseñas, encabezado por el alcalde Ricardo Cuervo, se mantuvo el nombre de la calle principal Juana Romero, quien había sido la benefactora que donó la caballería de tierra para la construcción del pueblo y a sus expensas, se construyó la iglesia parroquial de San Joaquín.
“A través de una obra cívica se unieron Leonardo Mármol Fonseca, bayamés, que vivía en el municipio desde 1901, la educadora Sarah Cordoneda García y el sanluiseño José Fuego que era miembro de la antigua colona española. Ellos hicieron el equipo de trabajo que se llamó Comité Pro Busto José Martí e hicieron colecta pública para comprar el busto de mármol, mediante la venta de un folleto. Según Padrón Ruiz, ellos no le pusieron precio al folleto, las personas pagaban lo que podían.
“Pedro García Valdés, historiador pinareño vino a la inauguración. Y el parque fue motivo en todas las compañas electorales: se cambiaban los bancos, la luminaria; tuvo matas de coco, de rosa” – asegura el historiador. El parque fue inaugurado solo con el busto, luego se le subió una glorieta que posteriormente se amplió. La vegetación de roble canadiense que lo engalana hoy fue sembrada en 1961.
En casi un siglo, alrededor de esta construcción cívica se han celebrado actos, procesos cívicos de gran relevancia en la evolución económica política y social de San Luis; y por tanto, es atinado asegurar que el Parque Martí forma parte indisoluble de la identidad sanluiseña.