Marisol Martínez Regalado no solo es conocida en Sandino por ser periodista de la emisora local, sino por ser la propietaria del mejor patio en la provincia Pinar del Río, el cual ostenta la condición de Doble Excelencia Nacional, otorgado por el grupo de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar.
“Hace más de 10 años que inicié este proyecto con el objetivo de producir alimentos usando el espacio del patio, incluso hasta el propio jardín. El reto principal es aprovechar al máximo todo el espacio disponible. La premisa es sembrar una matica cada que vez que cosechamos”.
MARISOLE
No escatima en usar cuanto recipiente le sea útil, ya sea una bota vieja o vasijas, y donde haya libre un pedacito de tierra disponible. Junto a su familia siempre se han propuesto evitar fertilizantes químicos y en su lugar emplean otros más naturales como el cascarón de huevo triturado, que evita el daño a las plantas por los caracoles, y la borra del café, capaz de aportar nitrógeno.
“Tengo sembrado vegetales como coles, lechugas, tomates; plantas aromáticas, como el ajo puerro, perejil, menta y anís en grano”.
Buena parte de las semillas las recibe por parte del Grupo de la Agricultura Urbana o directamente de los productores locales.
“También tengo aguacate, mango y guayaba, así como un pequeño semiprotegido. En este último pude lograr buenas posturas de col, de las cuales envié cerca de 200 a mi familia en San Juan y Martínez para sembrarlas en una vega que dedican a los cultivos varios”.
Las plantas medicinales del patio Marisole, nombre dado por su creadora, son empleadas para crear infusiones teniendo en cuenta el déficit de medicamentos en el país, mientras que una parte de las aromáticas se destinan a los centros priorizados del territorio, entre ellos, el círculo infantil, la escuela primaria y el hospital.
Detrás del empeño de Marisol por cultivar hay también una búsqueda constante sobre las propiedades de las plantas de su patio. Mientras roza sus cultivos, comenta los beneficios en la salud humana, entre ellos, el del papasán o pepinillo cimarrón, especial en forma de jugos para las personas diabéticas.
“Con la ayuda de mi esposo, hemos creado una minindustria para el procesamiento de los cultivos. Tengo una despulpadora, una selladora y una enchapadora para, en temporadas de mangos o guayabas, producir pulpa de esas frutas. Después, durante todo el año tenemos reservas de jugos naturales”.
Gracias a esas innovaciones, en Marisole encuentras sazones naturales y secos, al igual que encurtidos propiamente embolsados. También hacen vinagre, salsa china y otros productos.
“Hemos participado en eventos sobre soberanía alimentaria y llevo los productos a algunos puntos de la agricultura urbana en el territorio, pero la mayoría se venden desde aquí. Por otra parte, creé una página en Facebook con el nombre de Marisole para socializar lo que hacemos en el patio.
A punto de cumplir 60 años, Marisol tiene pensado jubilarse para dedicarse de lleno a sus cultivos: “Esto es algo que lleva tiempo y estoy optando por la triple corona”.
Confiesa que nadie la enseñó a confeccionar sus encurtidos, sino que la práctica le ha servido para encontrar las texturas perfectas y el punto exacto del agridulce. Sobre sus motivaciones para hacer producir la tierra no duda en reconocer que lo lleva en la sangre.
“Mi familia es campesina. Mi padre tiene 89 años y es tabacalero. Aun con sus achaques sigue trabajando, pues dice que es lo único que necesita. Mi familia entera se dedica a hacer producir la tierra.
Casi en la despedida conversamos con Miguel Lemus Reyes, el esposo de Marisol, quien además de ser médico especializado en Ortopedia, se ha encargado de innovar la maquinaria de la minindustria, y encima se le “cuela” al arte de hacer décimas.
“A la máquina la bautizamos como M4, pues somos cuatro en la familia, todos los nombres empiezan con M y todos ayudamos a crearla. Para terminar la exposición de un evento al que asistimos le hice una décima:
Nuestra dieta cotidiana requiere del vegetal
y la fuente principal, es la agricultura urbana.
Yo para hacer más humana, la actividad creadora,
le fabriqué a mi señora, en el seno del hogar
para bolsas fabricar, la máquina selladora.
Por Dainarys Campos Montesino e Idael Valdés Martínez, estudiante de periodismo