La Cumbre sobre el tema migratorio que sesionó el domingo pasado, en la localidad mexicana de Palenque, en el sureño estado de Chiapas, expuso con claridad las causas estructurales de un problema que tiene una dimensión global.
Al dar a conocer los acuerdos de la cita, convocada bajo el lema Por una vecindad fraterna y con bienestar, la canciller de México, Alicia Bárcena, dijo que las causas del fenómeno son de origen político, económico y social, con incidencia del cambio climático, agravadas por las medidas coercitivas unilaterales de naturaleza indiscriminada.
El documento, con 13 acuerdos, propone elaborar un plan de acción para atender las causas estructurales de la migración irregular en la región, con áreas prioritarias que van desde la autosuficiencia y la soberanía alimentaria, la protección, la conservación y la restauración del medioambiente.
Además, incluye temas como el empleo digno, la educación, y el desarrollo de capacidades técnicas y tecnológicas, más la seguridad energética, y añade la autosuficiencia sanitaria, el comercio y la inversión intrarregional para el desarrollo socioeconómico, unido al combate del crimen organizado transnacional, al tráfico de personas y a la corrupción.
Exige que se levanten las medidas coercitivas unilaterales, y exhorta a que los países de origen, tránsito y destino implementen políticas migratorias integrales que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y dignidad de las personas migrantes y sus familiares.
Los acuerdos hacen un llamado a que los países de destino adopten políticas y prácticas migratorias acordes con la realidad actual de nuestra región, y abandonen aquellas inconsistentes y selectivas; solicitan la ampliación de las vías de migración regulares, ordenadas y seguras, con especial énfasis en la movilidad laboral, que puedan promover la reintegración y el retorno de los trabajadores temporales. También instan a un diálogo integral entre los países de origen, tránsito o destino y retorno.
En otro acápite, señalan la necesidad de continuar la cooperación para atender a personas necesitadas de protección, continuar la cooperación Sur-Sur y otros mecanismos, y recomiendan la creación de un grupo de trabajo, integrado por las cancillerías, para la implementación de soluciones e intercambio de información.
Al proponerse que los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos sostengan, en el menor tiempo posible, un diálogo integral sobre sus relaciones bilaterales», el viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, hizo saber la voluntad de la Isla. «Nosotros acogemos y aceptamos la invitación que nos hace la región, en el comunicado, a estar dispuestos a sentarnos a dialogar sobre los problemas entre los dos países, las relaciones bilaterales de un modo integral», subrayó, aunque advirtió que está en manos de la Casa Blanca avanzar en ese propósito.
Esta postura fue acogida y destacada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al anunciar ayer, en su conferencia de prensa matutina, que él mismo abordará, con el presidente de EE. UU., Joe Biden, la necesidad de establecer un diálogo con el Gobierno de la Mayor de las Antillas, y poner fin al embargo económico impuesto a la nación antillana.
El líder mexicano enviará una misiva al jefe de la Casa Blanca para comunicar los acuerdos de los mandatarios, a fin de atender las causas de la migración, y buscará un encuentro presencial en el foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC, por su sigla en inglés) que se celebrará del 15 al 17 de noviembre en San Francisco, California, en el suroeste de EE. UU., detalló La Jornada.
A la Cumbre en México asistieron los presidentes Miguel Díaz-Canel Bermúdez, de Cuba; Nicolás Maduro, de Venezuela; Gustavo Petro, de Colombia, y Xiomara Castro, de Honduras, y delegaciones de esos países y de Belice, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití y Panamá.