No es fatalismo, pero la imagen tampoco es muy poética: la Tierra nos está cobrando lo que le hemos hecho desde que el hombre holló su suelo.
Es como si este año, cansada de soportar, la madre naturaleza les da un escarmiento a sus hijos que debían protegerla.
El coronavirus, uno de ellos, se convirtió en flagelo universal y las estadística de este día, 21 de abril de 2020, dicen que hasta ayer se reportaban 182 países con casos, 2 355 853 enfermos confirmados y 164659 fallecidos.
Se ha confabulado la maldad, han despertado los volcanes, desde los más pequeños hasta el temible Krakatoa y por si fuera poco, incendios forestales, como uno en zonas sensibles de Chernóbil, y réplicas de los muy dañinos del pasado año en Siberia, Australia, California y la Amazonía.
Le temperatura está entusiasmada, no ha llegado el verano y los termómetros prometen un año malo, Pinar del Río ya ha probado los 34 grados en más de una ocasión.
Este fenómeno golpeó especialmente a Europa entre junio y julio de 2019, según la Organización Meteorológica Mundial, en Francia el 28 de julio se marcó un récord nacional de 46 grados centígrados, también temperaturas nunca vistas en Alemania (42,6 grados), Países Bajos (40,7), Bélgica (41,8), Luxemburgo (40,8) y Reino Unido (38,7).
Los ciclones y los tifones casi quisieron barrer el planeta, inundaciones en muchas partes, olas de calor y los tornados norteamericanos casi fueron record y este año ya comienzan.
Y es como si fuera una mano poderosa, porque mientras la pandemia arrasa son notables las modificaciones favorables del ambiente. Los investigadores del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos, utilizaron datos satelitales para analizar los cambios en la contaminación del aire de algunas ciudades de Europa y observaron que, desde que los países comenzaron a establecer períodos de cuarentena por la pandemia de coronavirus, la polución mostró una reducción cercana al 50 por ciento.
Por otro lado, Tropomi del satélite Sentinel-5P, perteneciente al programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea, en sus imágenes muestran la concentración de dióxido de nitrógeno entre el 13 de marzo y el 13 de abril. De acuerdo con los meteorólogos, Madrid, Roma y Milán tuvieron descensos de cerca del 45 por ciento en sus niveles de contaminación, cifra que fue superada por la situación de París, cuya caída alcanzó el 54.
Dicen que los grandes ríos están corriendo más frescos y las aguas de Venecia se están clarificando.
El que está perdiendo es el hombre, el más perjudicado de los animales, pero también el principal enemigo hasta ahora de la naturaleza, sin embargo el vendaval no cesa, se programan más guerras y esas vienen con hambruna y éxodos, más otros tipos de calamidades.