Hace 26 años Minerva, la deidad mitológica romana, adoptó una imagen corpórea en Cuba: dos ruedas, un timón y dos pedales, unidos por un cuadro metálico o “caballo”; con una parrilla de hierro, una caja plástica o un pequeño asiento de madera como accesorios, según las necesidades de cada ciclista. Durante los momentos más crudos del período especial, el conjunto entró en los hogares de la isla como medio de transporte básico y un miembro más de la familia.
Después de varios años fuera del mercado en moneda nacional, la fabricación de 6 270 bicicletas mecánicas devolverá a las calles el producto insignia de la empresa industrial Ángel Villarreal Bravo (Ciclos Minerva), de Villa Clara, según informó a Vanguardia David Rodríguez Seijas, director adjunto de la entidad.
Financiada por el presupuesto del Estado, la iniciativa surgió del Ministerio de Transporte como alternativa ante la escasez de combustible, que limita el transporte público en el país.
“Ya estamos produciendo las primeras 1 000 y debemos continuar con el resto del lote a partir de junio. Aquí fabricamos las partes metálicas (cuadro y tenedor) e importamos los demás componentes desde China”, explicó Rodríguez Seijas.
Madeleine Vargas Chinea, directora de la UEB Empresa Industrial de Equipos y Servicios Asociados (EIESA), precisó que esta producción tendrá un destino social, con preferencia para las universidades.
Aunque resulta más que esperanzador el regreso de las bicicletas Minerva a las calles, la cantidad inicial apenas se hace sentir en un mercado desabastecido durante años, y máxima prioridad merece el suministro de piezas de repuesto.
Consciente de la necesidad de incrementar el volumen de producción, Rodríguez Seijas espera que continúe el financiamiento estatal y apela, también, a la capacidad de autogestión de la propia empresa.
David Rodríguez Seijas, director adjunto de Ciclos Minerva, anunció que ya se ensamblan las primeras mil bicicletas, del modelo MTB 26” por 18 velocidades y diámetro 40. / Foto: Ramón Barreras Valdés/Vanguardia.
Facultada para retener y administrar con autonomía la liquidez, la industria villaclareña destina una parte de estos ingresos a inversiones, sustitución de equipamiento, compra de materia prima y otros gastos necesarios para mantener el ciclo productivo que garantice la captación de divisas. Con la otra parte comenzó a comprar insumos para producir bicicletas mecánicas, las cuales se comercializarán en pesos cubanos.
Esta medida corrobora la intención gubernamental de que las entidades exportadoras contribuyan con sus ganancias a revitalizar la oferta en el mercado nacional, expresada en múltiples ocasiones por el vice primer ministro y titular de Economía, Alejandro Gil Fernández.
Ordenamiento sobre ruedas
De la misma entidad fabril, adscrita al Grupo Empresarial Gesime, salen estantes de almacén para empresas del sector turístico de todo el país, y puertas de cinc que tributan al Programa Nacional de la Vivienda en la provincia.
El director adjunto, David Rodríguez Seijas, aprecia el mayor impacto del ordenamiento monetario en el encarecimiento de la fuerza de trabajo; pero estima muy ventajosos los cambios económicos implementados desde enero de 2021, pues el valor de las producciones que se venden en MLC se multiplicó por 24.
Según Dayana Villazón Martí, especialista principal de Recursos Humanos, en la empresa laboran 339 trabajadores —el 88% de ellos vinculado directamente a la producción—, y el salario medio ronda los 3 800 pesos. Aunque los operarios se ubican en los niveles más bajos de la escala salarial, el pago a destajo estimula la productividad, y el promedio de las utilidades distribuidas al cierre del primer trimestre superó los 10 000 pesos por trabajador.
Actualmente el departamento de Recursos Humanos trabaja en la aplicación del incremento salarial concedido a los operarios con alta calificación que desempeñan funciones de elevada responsabilidad o cuya formación se extendió durante un largo período.
Con la producción de puertas de cinc, la industria villaclareña contribuye al Programa Nacional de la Vivienda en la provincia. / Foto: Ramón Barreras Valdés/Vanguardia.
Muy satisfecho con sus ingresos, Deoray Herrera Gómez aspira a que haya suficiente materia prima para cumplir el encargo productivo. ¿Su único temor? La paralización de la empresa. Igual motivación hacia el trabajo manifiestan todos los obreros de la UEB Productora de Bicicletas, según su directora, Idania Santalla Rodríguez.
Para consolidar la mentalidad emprendedora y competitiva desde la empresa estatal socialista, no pueden faltar las estrategias de ahorro, la sustitución de importaciones y el encadenamiento productivo.
Rodríguez Seijas explicó que el triciclo eléctrico tiene un alto grado de integración, porque toda la parte metálica se produce en la industria. Para un plan anual de 1 800 unidades, no le parece rentable producir las piezas que hoy se importan; pero sí considera prioritario adquirirlas en mercados nacionales, a precios significativamente inferiores.
“Por ejemplo, la fábrica de componentes electrónicos de Pinar del Río hace cajas eléctricas y cargadores, y está ejecutando una inversión para fabricar baterías. También estamos buscando la posibilidad de comprar en el país todos los metales que necesitamos.
“En el caso de los ciclomotores eléctricos, antes nos limitábamos a ensamblarlos; pero ya empezamos a comprar el tubo para hacer el cuadro aquí, sustituir otra importación y ahorrar divisas”, añadió.
Aunque el camino se dibuja largo y tortuoso, la empresa Ciclos Minerva aspira a convertirse en una industria viva, que transforma y crece, guiada siempre por el interés social. De su eficiencia para satisfacer la demanda interna y aprovechar las oportunidades en el mercado foráneo dependerá que se consolide como sujeto principal de la economía cubana.
Los estantes para almacén se venden a empresas del sector del Turismo de todo el país. / Foto: Ramón Barreras Valdés/Vanguardia.