El síndrome de la Persona Rígida (SPR) provoca que los músculos de quienes lo padecen se tensen de forma incontrolable e involuntaria.
La enfermedad causa que el paciente se transforme en una especie de “estatua humana”, ya que bloquea progresivamente el cuerpo en posturas rígidas que acaban por impedirle caminar o hablar. Afecta al sistema nervioso central, pero causa rigidez muscular progresiva y espasmos, sobre todo en el tronco y el abdomen.
Es más frecuente en las mujeres y a menudo aparece en personas con diabetes de tipo 1, con ciertos trastornos autoinmunitarios (como la tiroiditis) o con ciertos tipos de cáncer como el cáncer de mama (con mayor frecuencia), de pulmón, de riñón, de tiroides, de colon y el linfoma Hodgkin.