Entre los millones de desempleados en Tailandia debido al coronavirus se incluyen cientos de elefantes que dependen de los turistas para alimentarse. Sin visitantes extranjeros, los campamentos comerciales de elefantes están perdiendo sus fuentes de subsistencia, por lo que más de 100 de estos animales han sido puestos a marchar hasta 150 kilómetros de regreso a su habitat natural, informa AP.
Desde abril, más de un centenar de ellos, previamente asentados en la provincia de Chiang Mai, en el norte de Tailandia, han recorrido 150 kilómetros para regresar a su ciudad natal de Mae Chai. Allí los elefantes viven tradicionalmente cerca de las aldeas, y los residentes locales los cuidan.
La Fundación Save Elephant, en la provincia norteña de Chiang Mai, ha estado promoviendo el regreso de los animales y se sumó a los llamamientos de recaudar fondos para alimentar a los que aún se encuentran en los parques turísticos.
Así, el propietario de uno de esos pequeños establecimientos, Sadudee Serichevee, no pudo cubrir los costos de mantenerlos y pagar el alquiler de la tierra, por lo que participó en el programa y llevó de vuelta los elefantes a la aldea natal de su esposa, en May Tea.
El empresario convenció a varios propietarios para que se unieran a él y emprendieran la marcha con sus animales, ya que transportarlos en vehículos es demasiado costoso para quienes regentan esos pequeños parques, explicó.
La situación es crítica. Según la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales, 2.000 elefantes pueden morir de hambre en el país.
Cada uno de ellos come hasta 300 kilogramos al día de hierbas y verduras, según Serichevee.