Al recuerdo del coronel Luis González
Milo, así, a secas, como todos le llamamos, estuvo entre los primeros pinareños que se destacaron en la Liga Triple A, de los Estados Unidos. Es un hombre de ochenta y cuatro primaveras y se conserva bien, lúcido de cuerpo y mente. Emiliano Tellería Urbina,fue jardinero y jugador de cuadro; derecho. Nació el 25 de mayo de 1936, en Puerta de Golpe, provincia de Pinar del Río. Alcanzó 5’ 8 pulgadas de estatura y 155 libras de peso.
Con quince años de edad integró el equipo Herradura de Segunda Categoría.Estuvo tres campañas con el Petroleros de Ovas en los torneos populares vueltabajeros, donde se destacó por su bateo, buena defensa en la tercera almohadilla y notable brazo, además de poder al bate.
Entre centenares de jugadores, él y solo él sería firmado en una tarde veraniega para jugar en los Estados Unidos. En 1958, con veintiún años de edad, se fue al estadio Borrego Park en Pinar del Río, ante Napoleón Heredia y un scout norteamericano, quienes lo firmaron para jugar en los Estados Unidos con la organización del Pittsburgh Pirates.
Me contrataron ahí en el estadio Borrego Park. Éramos gran cantidad de peloteros, casi todos los que se habían destacado en la provincia. Y tuve la suerte que fui el único que firmaron. Enseguida hicieron los papeles necesarios y me fui para allá. Jugué en una pelota fuerte y logré destacarme también.[1]
Las cosas sucedieron, más o menos, así. Con el traje y el guante en un cartucho, se fue al Borrego Park:
“Me quedé sentado en la grada mirando a los demás. En eso Napoleón Heredia, ex tercera base del Cienfuegos profesional y scout de los Piratas de Pittsburgh, le preguntó: — Oye muchacho, tú juegas a la pelota. — Sí, respondió Milo. — ¿Y qué pasa? –volvió a interrogar Napoleón. — No estoy en la lista, contestó el muchacho. Napoleón le pidió que bajara al terreno.[2]
Desde los jardines le pidieron comprobar la fuerza del brazo y todos quedaron asombrados, porque puso la bola encima del zinc del estadio Borrego Park. También se destacó en el fildeo y con el madero. Un rato después, se jugó un partido y puso la bola en órbita sobre las bardas. Fue el único seleccionado entre muchos. Allí estaba, incluso, el jovencito Tony Oliva, quien sería el único cubano en las Grandes Ligas, hasta hoy, con el liderato de los bateadores y lo logró tres veces.
Se desempeñó en cinco campañas de las Ligas Menores de Estados Unidos con los equipos: Clinton Pirates (1958), Salem Rebels (1958), San Angelo/Roswell Pirates (1959), Burlington Bees (1960), Grand Forks Chiefs (1961) y Tri-City Braves (1962). En 568 desafíos y 2 116 veces al bate registró 636 hits para promedio de .301 con 81 dobles, 41 triples, 39 jonrones, y slugging de .433.
En 1958 fue enviado al Clinton Pirates, Clase D, donde en su primera temporada bateó por encima de .300. Ese año también jugó para el Salem Rebels de la Appalachian League (.325). En 1959 estuvo con el San Angelo-Roswell Pirates donde quedó campeón de bateo (.358). Pasó en 1960 al Burlington de Iowa (.244).
En 1961 defendió la tercera base del Grand Forks en Dakota del Norte con .298 y en 5 desafíos lanzó con balance de 1-1 (.500). En Clase B de la Costa del Pacífico estuvo con el Tri-City del estado de Washington (.333). Terminó su carrera cuando las puertas se le abrían en las Grandes Ligas. Su defensa fue para un .961.
Decidió regresar a su país, cuando comenzaron los enfrentamientos políticos entre Estados Unidos y Cuba. En una ocasión vivió en carne propia el racismo y se enfrentó a la dirección del equipo, al tratarlo despectivamente, lo que ocasionó que lo pasaran a un circuito de inferior calidad.
La gente habla mucho de las Grandes Ligas. Es cierto, ahí está la crema del béisbol en todo el mundo. Yo pude subir a las Mayores, pero había un fuerte racismo y no me dejaba dominar, hasta tiré mis golpes allí. Además, extrañaba mucho a mi gente, mi pueblo, la familia. Entonces, cuando empezaron los problemas entre Cuba y los Estados Unidos, ya no tenía nada que hacer allá y regresé definitivamente a mi país, con mi familia. No podía jugar aquí porque era profesional y me incorporé como entrenador de los equipos pinareños, por varias temporadas.[3]
Efectivamente, a su regreso se dedicó a entrenar jóvenes vueltabajeros, como Luis Giraldo Casanova, Alfonso Urquiola y Omar Linares entre otros. Participó, como entrenador de equipos pinareños, en varias Series Nacionales.
(Con documentación de Enciclopedia Biográfica del Béisbol Cubano (III), Wikipedia the free Encyclopedia, Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, Emiliano Tellería, Roberto Llende, Pedro Ramos Guerra, Jesús E. Muñoz Machín, Luis González, Raúl Martínez, Baseball-Reference.com y otras fuentes).
[1] Emiliano Tellería: Confesiones al autor de este trabajo.
[2] Jesús E. Muñoz Machín: Emiliano Tellería: El muchacho que impresionó a Napoleón Heredia. Historias de béisbol, GÉNESIS: Género, deporte y comunicación, 2 de junio de 2015.
[3] Emiliano Tellería: Entrevista con el autor de este trabajo.