Con el objetivo de reanimar la actividad productiva y poner la carne de cerdo nuevamente en la mesa de la población, la Empresa Porcina de Pinar del Río implementa un grupo de alternativas desde estrategias locales, recursos endógenos y encadenamientos productivos.
Con ocho unidades de cría y capacidad instalada de 6 000 reproductoras, debido a la compleja situación con la alimentación esta masa se redujo al 50 por ciento.
De acuerdo con Luis Martín Boza, director general de la entidad, entre las medidas de recuperación está la extracción diaria, desde una planta en la provincia de Artemisa, de entre 40 y 60 toneladas de pienso líquido proteico que luego se mezcla con subproductos de trigo y yuca y que ha demostrado ser un paliativo para que los animales conviertan de manera adecuada.
Añadió que comenzaron a comprar maíz del que se produce en la provincia a un valor de 2000 CUP el quintal y que al mezclarlo con salvado y otros aditivos en la fábrica de pienso seco de Consolación del Sur, resulta en un cereal alternativo que permite salvaguardar la producción y que no siga decayendo.
“El objetivo es mantener un volumen de 3 000 reproductoras para a partir de ahí comenzar a crecer. De hecho, en dos de nuestras unidades de cría ya se ceban animales y en una de ellas hay cerca de 800 que a partir de junio estarían dando alrededor de ocho toneladas de carne que se expenderían a la población, a la industria y a los distintos actores que tenemos”, explicó el directivo.
Apuntó que estrechan vínculos con algunas empresas que generan residuos, como el matadero de Guane y Pescario, y a esos desechos que recuperan les dan tratamiento térmico para también usarlo como alimento a la masa.
“Comenzaremos a elaborar harina de pescado para mezclarlo con otros productos; también nos encadenamos con el sector cooperativo y campesino para hacer contratos de yuca y maíz en aras de hacer más sostenible el programa y ya empezamos nuevamente a establecer convenios con estatales y privados”.
Enfatizó Martín Boza en que aunque no son avances significativos se dan los primeros pasos para que la actividad porcina vuelva a ubicarse en el escenario actual, del cual está prácticamente ausente, pues habían planificado pérdidas millonarias para el año en curso y cerraron el primer trimestre con utilidades.
“El 2023 pudiera arcar un destino diferente en la comercialización de a carne en la medida que logremos crecer y sostener la masa”, concluyó.