Aunque encerrarlo en el cuadrilátero imaginario instalado en la terraza de mi casa no fue nada fácil, cuando pude convencerlo de que la pelea de preguntas y respuestas estaba dada por su meritoria trayectoria boxística, entonces fue que aceptó el reto una soleada mañana de domingo.
La sencillez de Modesto lo identifica. Cuando lo encuentras en la calle de lo que menos habla es de boxeo, incluso, a veces algunos coterráneos se le cuadran para retarlo y él lo que hace es reír e indicar la mejor posición para ser efectivo.
Sin árbitros que me quiten un punto por golpe bajo le lanzo el primero. ¿Garbey vs Modesto? Se ríe porque muchos de sus admiradores por buscarle la lengua le dicen que se aflojaba ante Rolando.
“Resultó un privilegio para mi coincidir con Rolando Garbey, uno de los mejores púgiles de Cuba con una técnica muy depurada y difícil de vencer. Nos enfrentamos cuatro veces en los 71 kilogramos; en la preparación para un mundial aquello fue de tú a tú y muy pareja, me creí ganador, pero el camino de mi oponente estaba lleno de gloria y yo era el aspirante.
“Siempre fuimos amigos y mejoré mucho con las experiencias de esos encuentros, tuve relaciones amistosas con Marcia y Bárbaro Garbey, parte de su familia”.
Le conté que trabajando en Guerrillero en un entrenamiento del equipo Cuba en Pinar del Río busque a Garbey y me habló muy bien de él y de su amistad.
El primer round de preguntas y respuesta termina y luego de su primera respuesta me dedico a recorrer su interesante carrera deportiva.
“Quería ser grande y ayudar a los míos, una familia numerosa de padres pobres y negros, imagínate cuánta alegría con el triunfo de la Revolución y para mí, las oportunidades que aparecieron con la creación del Inder donde pude desarrollar mi talento, primero en la lucha y después definitivamente en el boxeo.
“A la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (Eide) pinareña llego en lucha en 1967 gracias a las enseñanzas de Ramón Ramos, alguien que tuvo éxitos, incluso nacionales. Dos años después ingreso en la ESPA provincial en Artemisa, que por ese entonces pertenecía a Pinar del Río.
“Entrenábamos junto a atletas de otros deportes, entre ellos de boxeo, que también había practicado en San Juan bajo la orientación de Eduardo Delgado, opté allí por cambiarme de especialidad, que sin dudas era el que más me gustaba y ya en 1973 estoy en la preselección del equipo Cuba”.
Conocido popularmente como Pánfilo, él recuerda que su papá oía un programa de radio donde se decía “Pánfilo Señor” y desde los cuatro años comenzó a llamarlo así.
Acomodado en el sillón me muestra su primera foto como boxeador, con una imagen lejana a la fortaleza física que conserva hoy cuando ya se cumplen 42 años de su retiro. Según me explica, su labor como albañil lo ayuda a mantenerse fuerte y atlético.
Aunque Garbey fue su rival más conocido tuvo que enfrentarse siendo juvenil a Enrique Regueiferos, todo un consagrado, y también con Luis Felipe Martínez, bien conocido del boxeo cubano.
¿Cómo asimilas el paso por eventos nacionales?
“En mi época había hasta cuatro buenos púgiles por peso, así que imagínate, había que sacar candela para poder integrar el equipo.
“De 1972 al ‘79 participé en ocho torneos Playa Girón representando a Pinar del Río, a mi juicio con buenos resultados: seis medallas de plata, una de bronce y en uno me quede en cuartos de finales”.
Aquel muchacho que no había salido nunca de su pueblo natal, San Juan y Martínez, tenía la oportunidad de visitar todas las provincias cubanas.
“Cuando llegaba a casa las preguntas de la familia llovían por conocer detalles de lo que había visto. En la calle me paraban y tenía que repetir los cuentos, eso me daba mucha alegría porque recibía el cariño del pueblo”.
Modesto también participó en campeonatos nacionales por equipos de 1977 al ’79 y logró junto a sus compañeros tres primeros lugares. Pinar del Río siempre se ha mantenido entre las provincias de mejores resultados en este deporte, recordemos Tokio 2020 con una de oro y una de bronce, precisamente de un sanjuanero, Lázaro Álvarez.
Confrontó con púgiles foráneos por primera vez en los torneos internacionales Giraldo Córdova Cardín, que le permitió aumentar su maestría boxística, consiguiendo su mejor resultado en Camagüey 1974 cuando alcanzó la medalla de plata.
Vecinos que pasan cerca de la casa lo saludan con cariño, unos le dicen Pánfilo otros Modesto, aprovecho para indagar sobre su participación fuera de Cuba.
“Francy, ponte en mi lugar, montar en un avión por primera vez y llegar a la capital de Mongolia, un país con un idioma que no entendía ni papa fue una impresión muy fuerte. El lenguaje de los puños me permitió abrirme camino y obtener la medalla de oro.
“Luego vinieron los torneo de Carabobo en Venezuela y las Espartaquiadas de los ejércitos amigos en Bulgaria y Alemania donde obtuve plata. Mi última participación en estos torneos fue en Bulgaria en 1979 que alcancé bronce”.
Además de lo que significó para él su carrera boxística, la cual narra con mucha vehemencia, se adelanta a lo que pueda preguntarle y con una impresión de alegría en su rostro me cuenta.
“Cuando en el XI Festival de la Juventud y los Estudiantes, celebrado en Cuba en la Ciudad Deportiva, se realizó un cartel de boxeo en homenaje a todos los participantes, se apareció Fidel, aquella presencia me envalentono y no di tregua a un zurdo que peleaba por La Habana.
“Otro momento que no podré olvidar y que me llena de orgullo es haber participado como internacionalista en Angola. Específicamente entrenando a las tropas cubanas ubicadas en Funda, en boxeo, lucha, entre otras especialidades”.
¿Cómo te relacionas actualmente con el boxeo?
“Mira, esta profesión de albañil no me permite mucho tiempo libre, me jubilé y seguí trabajando, la vida está dura y no se puede descansar. No obstante, a cada rato me doy una vuelta por el área de boxeo, converso con los niños y los entrenadores y sirvo de árbitro en los carteles que ellos desarrollan.
“San Juan es tierra de boxeadores, ahora mismo tenemos a Lázaro Álvarez que acumula entre otros éxitos tres medallas olímpicas; de nuestro municipio surgieron los hermanos Adalberto y Daniel Regalados que llegaron a ganar títulos panamericanos y centroamericanos. Aunque pienso que hay que salir al campo a buscar talentos, no podemos quedarnos en el pueblo solamente”.
Durante la conversación varias veces surgió el nombre de Alcides Sagarra, a quien admiró mucho mientras estuvo en la preselección del equipo Cuba, por sus conocimientos, por su humanismo y por la exigencia en el cumplimiento de lo planificado. “Me retiré con 28 años, extraño estar sobre el ring”, ratifica con un gesto de tristeza.