El hip hop lo encontró primero. Siendo un adolescente decidió que la música era el camino y desde entonces lucha por cumplir sueños, por crecer. Con su primer disco en solitario, En la mesa del bar, PiQMontano apuesta por un amplio diapasón de géneros que revelan una faceta que lo coloca en un apartado sui géneris del panorama musical cubano.
EL RAP COMO PUNTO DE PARTIDA
Perdió su nombre de pila desde la década del ‘90 cuando, junto a sus primos y amigos del barrio en el reparto 5 de Septiembre (Maica) de la capital de Pinar del Río, compartía aquellos juegos tradicionales que han sido desplazados por la tecnología. De repente dejó de ser Jesús Puente Montano para llamarse PiQ.
En el año 1997 asistió por primera vez a un festival de rap en el Pista Rita y quedó fascinado. “La música siempre estuvo en mí, pero no lo sabía del todo, no lo había interiorizado. Cuando aquello se rapeaba con un “ponchador”, alguien que con la boca ponía la percusión y los demás hacían el texto. Cuando vi eso, supe que era lo que quería.
“Casi todas las noches improvisaba y rapeaba con la gente del barrio y ya en el ’98, luego a causa de un desamor, (una muchachita que llevaba parte de séptimo y octavo grados sin hacerme caso) decidí hacer una canción, entonces empecé a escribir”.
Aunque muchos lo asocian con Toques del Río, antes de entrar en la agrupación, PiQ formó parte de algunos grupos de rap del territorio como Alfa 2 y Los muchachitos, luego gracias a algunos amigos se interesó por géneros como el jazz.
“Hice algunas cosas con el grupo Slancio y con otro que se llamó Contratiempo, integrado por músicos que trabajaron con InterNos. Hacían unos espectáculos lindísimos bajo la dirección artística de Dorys Méndez, alguien que desde que me vio creyó en mí, a pesar de no ser graduado de música, sino de tornería en el politécnico Primero de Mayo”.
TOQUES DEL RÍO
Sobre su llegada a Toques del Río cuenta que fue difícil. Era el momento en que la agrupación tomaba un giro diferente y era necesario enamorar al público una vez más. “Fue como si tuvieras que relevar a un pitcher adaptado a lanzar 101 millas sostenidas. Las gradas, los fanáticos no creen en ti. Había que hacerlos creer con música. Tuve que aprenderme muchas canciones en siete u ocho días.“Toques del Río fue como la universidad. Vino a consolidar muchas cosas que tenía en mente y aprendí mucho. Agradezco esos siete años maravillosos en los que dejé la vida en los escenarios. Fui a hacer mi trabajo. Ahí quedaron mis canciones, la proyección escénica de la agrupación y recibí muchas enseñanzas para la vida”.
EN LA MESA DEL BAR
Aunque como es natural algunas personas lo tilden de loco o cuestionen las razones por las que decidió salir de Toques del Río, PiQ Montano se siente realizado con su primera producción discográfica.
“Sé que hay gente subestimando, es normal en todos los comienzos. Es un sacrificio grande hacer una carrera en solitario, pero no es imposible, menos si eres capaz de hacer tus canciones, cantarlas, vivirlas, trasmitir la energía que emana de ellas y hacer que el público se contagie.
“En la mesa del bar es un disco que saca de mí una parte más romántica, del filin. Yo suelo decir que es música del alma para el corazón. La línea va por ahí: canciones sin faltas de respeto, que hablen de todo, que se entienda todo, que no ofendan a nadie. Tiene son, R&B, soul, rap, reggae, funky, raggamuffin…
“Pienso crear otro disco con temas movidos que no los quise lanzar por una estrategia de contraste con lo que era en Toques del Río. Tenía muchos deseos de hacer estas cosas, pero sí ando con mucha energía que me da vueltas en la cabeza y en el corazón y quiero que salga a la luz, pero no ahora, por el momento seguiré cultivando esto e iré acomodando el terreno para la segunda vuelta”.
ALGO MÁS QUE SOÑAR
Dijo un sabio que no hay sueños imposibles sino hombres incapaces, y este artista más que soñar, está convencido de que puede lograr sus metas.
“Desde séptimo grado, en la antepenúltima hoja de la libreta de Matemática, puse que quería un Grammy Latino. Creo que es uno de los mayores reconocimientos que se entrega a los músicos. Estar al menos nominado ya es un premio igual. Y sí, lo sueño, lo he visualizado y sé que en algún momento me va a tocar, solo tengo que trabajar en función de que mi música sea bien aceptada y que yo me sienta bien también. Tengo mucha fe en que todo va a venir”.
¿Qué es para ti la música?
“Es ese ángel que viene y te salva en los peores momentos. Hace un tiempo estuve deprimido y la música fue capaz de sacarme de ese estado. Es magia, una bendición”.
Nada parece detener el ímpetu y la pasión por lo que hace o el amor con el que habla de sus proyectos, de lo que ha aprendido:
“Uno tiene que empezar por creer en uno mismo. Cada cual debe luchar por los sueños, convertirlos en metas y materializarlos. ¿Cuántas cosas no se hacen por temor a fracasar? No vale la pena vivir y luego irte de este mundo con la deuda de que no hiciste algo por miedo. Si te caes te levantas y a luchar”.