La producción de alimentos en nuestro país siempre ha sido de las actividades más priorizadas, máxime cuando el cerco impuesto por Estados Unidos tiende a estrechar sus garras cada año que pasa.
Sin embargo, el ingenio y la tenacidad del cubano no dejan espacio al amilanamiento y a la escasez; por tal motivo, tras el llamado del presidente Miguel Díaz-Canel a que cada quien sembrara un pequeño pedazo de tierra, cientos de miles de pinareños han emprendido sin dudar sus propios proyectos de siembra.
El Consejo Popular de Entronque de Herradura, en el municipio de Consolación del Sur, es una de las zonas que bien pudiera dar ejemplos sobre esta modalidad de autoabastecimiento.
Hoy en esta comunidad más de 300 familias producen alimentos de esta forma, beneficiándose a sí mismos y a los vecinos que los rodean.
CRITERIOS
Para Duber Baire Pinto no hay tarea difícil. Según él, guataca en mano y empeño, fueron más que suficientes para hacer florecer su espacio.
“Esto estaba lleno de materiales para la construcción y malas hierbas. Cuando ya los vecinos de aquí no necesitaron más el terreno, procedí a limpiarlo y a preparar la tierra para la siembra de diferentes cultivos como ajo, tomate, ajo porro, maní, plátano y otros.
“En este tiempo, entre otros, he logrado recoger más de mil cabezas de ajo, así como varias cajas de tomates que han servido para la confección de más de 300 botellas de puré”, aseguró.
Según este devenido agricultor, siempre es válido utilizar cada palmo de tierra del que se disponga, pues todo el esmero, atención y deseos de trabajar, regresan en forma de buenas cosechas.
“Pienso que es muy beneficioso fomentar este tipo de actividades entre las personas de la tercera edad, pues al no estar vinculados ya laboralmente al Estado, igualmente somos útiles en el mejoramiento de la economía de nuestras casas, nuestros vecinos y por qué no, de nuestro país”.
Raúl Pulido Díaz, residente del CDR número dos de la zona 68 en la localidad mencionada, también se sumó a esta actividad luego de una temporada cultivando flores.
“Teníamos este espacio sembrado de flores, pero decidimos ponerlo en función de los cultivos varios con el objetivo de autoabastecernos. Ahora obtenemos tomate y ajo. En otras temporadas hemos sembrado y cosechado malanga y otras variedades, todo varía según nuestras necesidades y la época del año”, comentó.
Pulido Díaz expresó que nunca se tienen todas las herramientas al comienzo, pero con el tiempo se va ganando en cultura de siembra, riego y cuidados.
Aseguró también que de su ingenio, de forma artesanal, han salido varios de los instrumentos que hoy utiliza para roturar, cosechar y demás faenas.
“Esta labor me ha hecho muy feliz. Siento un beneplácito tremendo al recoger los frutos del trabajo diario con mis propias manos, al recoger mi esfuerzo de la tierra. Es gratificante sentir como ella te devuelve todo el amor que seas capaz de ofrecerle”.
Por su parte, Bryan Morales Díaz, un joven pionero también interesado por el campo y sus bondades, manifestó que con la ayuda de su familia ya ha logrado obtener habichuelas, frijoles, maíz de rositas y frutabomba, a la par de contar con un huerto dedicado a las plantas medicinales.
“Tenía muchos otros cultivos, pero se perdieron tras el paso de la tormenta tropical Eta; no obstante, las estamos rescatando”, puntualizó.
Para Dora Coro Díaz, residente del CDR número dos de la circunscripción 96, la motivación principal llegó a través de su esposo, el cual asegura siempre le gustaron las actividades agrícolas.
“Algo que nos alegra mucho y que también ha sido un motor impulsor es que las personas de la comunidad vienen en busca de remedios y yerbas medicinales. Creo que hacer producir este pequeño pedazo de tierra es maravilloso. Es increíble la variedad de productos que se pueden lograr”.
Asegura que la peor siembra es la que no se hace, y desde su punto de vista cualquiera puede comprobar que donde se plante una semilla, germina y se recibe su fruto.
“Además de las plantas medicinales, tenemos aguacate, mamey, manzana, higos, carambolas, limón y otras. Siempre tratamos de esforzarnos en cada planta que sembramos.
“Soy del criterio que, si cada cual labra su pedazo de tierra, cada familia sería más feliz desde el punto de vista del autoabastecimiento y de dietas saludables y balanceadas, aparte del mejoramiento de sus economías caseras”, concluyó.