Andy Sael Rodríguez Díaz, trabajador por cuenta propia, cambió su rutina y junto a algunos compañeros de labores llegó al hospital pediátrico Pepe Portilla, de Pinar del Río, para entregar en donación al servicio de oncohematología varios productos alimenticios y de aseo, cual muestra del amor a los niños.
En nombre del restaurante Mary Pinar, el joven, hijo de la titular del negocio, iniciado hace unos dos años en el kilómetro dos de la carretera a San Juan y Martínez, explicó que la motivación principal fue contribuir al cuidado de infantes que transitan por un periodo difícil en sus vidas.
Trajimos lo que tenemos, con buena fe, -acotó- y en este esfuerzo apoyaron diversos organismos a los cuales pudimos comprarles los productos con nuestras utilidades.
Es la primera ocasión que venimos pero tenemos pensado realizar este tipo de entregas dos veces al año, sobre todo para aliviar de gastos a las familias y a la institución en tiempos de COVID-19, apuntó Rodríguez Díaz.
El doctor César Valdés Sojo, jefe del servicio de oncohematología pediátrica, agradeció a los cuentapropistas porque “vemos el gesto humano, más allá del material”.
Siempre trabajamos por la sonrisa de los infantes los cuales en no pocas oportunidades nos perciben como agentes agresores, pues somos los encargados de tratarlos, dijo.
Los pacientes pediátricos permanecen con nosotros toda su vida, incluso una vez pasan al servicio de adultos prefieren recurrir aquí para las consultas de seguimiento, puntualizó.
Pese a las medidas restrictivas impuestas en la provincia por la incidencia de la pandemia, no se ha abandonado ninguno de los tratamientos concebidos ni ha cesado la recepción de pacientes provenientes de otros municipios.
Enclavado en las afueras de la ciudad vueltabajera, Mary Pinar expende comida para llevar, teniendo en cuenta el complejo escenario epidemiológico por el que transita la provincia más occidental de Cuba; además de bocaditos y golosinas.