Y para poner un buen remiendo al corazón, vinieron Amparo Arocas Irango y David Rodríguez Fernández, a zurcir desde la solidaridad cada rasguño de la naturaleza, hilvanaron la hermandad histórica entre esta pequeña Isla del Caribe y España, y hasta Pinar del Río llegaron hace unos días.
Declararon a la prensa el doble objetivo que los hizo volver, luego de más de 20 años sin pisar estas tierras: primero, poner un parche, después de ser testigos de lo devastado que se vio el occidente tras el paso del huracán Ian; segundo, trasladar la idea de que este país no está solo, continúa como ejemplo para el mundo, “un ejemplo que se debe cuidar, alimentar y acompañar”, así lo testificó David, quien es presidente de la Asociación de Amistad “José Martí” de Valencia en la nación ibérica.
POR CARGA LLEGÓ LA SOLIDARIDAD
Como consecuencia de un trabajo coordinado entre diferentes asociaciones del estado español, se registran hasta la fecha tres contenedores y otros donativos que ya están en manos de la población, para resarcir los daños ocasionados por el fenómeno atmosférico que atravesara Vueltabajo el septiembre pasado.
Esta vez en específico, trajeron un aporte muy puntual, consistente en ocho bultos de aproximadamente 25 kg de material sanitario y medicamentos, donados al Hospital Provincial “Abel Santamaría Cuadrado”.
A la par de los abrazos con la gente de este pueblo, estuvo el agradecimiento de este matrimonio por la oportunidad de brindar su ayuda a quienes necesitaban un aliento.
“Es un honor estar aquí en la tierra pinareña, tan querida para los amigos, retribuimos la acogida con un gesto sincero, pues nos sentimos como en casa, fuimos testigos de la recuperación paulatina pero lo mejor fue percibir la solidaridad entre los propios cubanos, esa que siempre alumbró al mundo”, expuso David.
Porque duele -y muchísimo- cuando a Cuba se le ataca, sea cual sea la forma, natural o por la mano humana, fue la razón de ellos para activar la red de contactos y por diferentes vías conseguir enviar estos tres contenedores, uno primero, “sacado a pulmón”, como refiere David, a través de donaciones particulares con un monto de 38 000 euros, que permitió comprar 650 colchones nuevos y paliar un poco la situación de los primeros días.
Una segunda carga la dedicaron completamente a materiales educativos, pues tuvieron en cuenta que la salud y la educación son dos de los pilares fundamentales de la Revolución Cubana, “por lo que hay que defenderlos a toda costa”, dijo. Y un tercero, que deberá entrar próximamente por el puerto del Mariel con más de 800 colchones y un grupo de camas articuladas para hospitales, entre otros materiales.
“Repito, nos duele, sobre todo cuando el bloqueo arrecia más aún las dificultades y lo sentimos como si fuéramos parte de la misma causa, nos consideramos hermanos, por lo que estas son pequeñas acciones con una componenda política de denuncia contra el cerco económico”.
Lo denunciaron, sí, ellos también repudian la hostilidad impuesta durante tantos años y su pretensión es tratar de romperlo de otras maneras, “queremos que la gente venga a conocer esta hermosa tierra, la gente de aquí son privilegiados por contar con el Valle de Viñales, con lo espectacular de sus campos, nos llevamos el corazón lleno de ilusiones y de esperanzas”.
PARA EL AMIGO SINCERO, QUE ME DA SU MANO FRANCA
“Acogidos por el afecto”, así dice Amparo que se sintieron, “nos ofrecían lo que tenían, como si fuéramos familia, percibimos la hospitalidad que lleva en sus venas el pueblo de Pinar del Río, aquí encontramos las puertas abiertas, gente sencilla, humilde, entregada, trabajadora, nos sentimos como en casa”.
Ellos no entienden la solidaridad como una cuestión de dar y recibir, sino de compartir, consideraron un deber estar aquí y estuvieron, como mismo Cuba los acompañó cuando sufrieron el fascismo en sus propias carnes.
Como recompensa, palparon nuestra cultura, supieron de tabaco y ron, y visitaron los escenarios que compartió en esta tierra su coterráneo García Lorca. También la historia se encargó de agradecerles y quiso que regresaran a su Patria un 19 de mayo, fecha propicia para conmemorar al Héroe Nacional cubano, en el aniversario de su muerte.
“Martí tuvo un padre valenciano, -cuenta David-, y allá en Valencia hay dos lugares donde se le guarda memoria física, porque memoria de pensamiento es siempre, uno es donde residió el poeta de niño, con su papá, donde además dicen que nació su hermana, la valenciana, como la citó en sus propios textos. Allí en la calle Tapinería, justo en el casco histórico, encontramos una calle muy cubana y se especula que fue en esa casa donde de niño aprendió a escribir, por la edad que tenía.
“También en una de las avenidas principales de la ciudad, -continúa- hay un busto ubicado junto al de otros proceres y libertadores, pero existe uno, un pequeño monolito, de bajo relieve, que recoge un fragmento del poema de La Rosa Blanca, justo a esos dos lugares vamos cada 28 de enero”.
Por ellos conocimos que allá en España está a punto de formalizarse la catedra sobre el Apóstol en la Universidad de Valencia, es que José Martí ha permitido fortalecer los vínculos entre los pueblos cubanos y valencianos, de ahí que la asociación lleve su nombre, acotaron.
NO VA A PODER NI CON CUBA NI CON BUENA FE NI CON LA SOLIDARIDAD
La pareja también compartió sus impresiones sobre lo sucedido últimamente entorno a los integrantes del grupo Buena Fe, sobre ello dijeron: “desgraciadamente, unas pocas personas odiadoras, han conseguido boicotear algunas presentaciones de Yoel e Israel, después de dos muy exitosas”.
Luego de los acontecimientos, desde la Asociación impulsaron un Manifiesto de apoyo para recoger firmas y en menos de dos días consiguieron más de 1000 adhesiones, entre ellas de personalidades como Ignacio Ramonet, Pascual Serrano, grupos de música, organizaciones de solidaridad, trabajadores, entre otros.
“Queremos, el día lunes, 29 de mayo, llevar a cabo un concierto en la ciudad de Valencia con Buena Fe, arropado por la solidaridad, nuestra intención es que la gente se lleve esa joya que representan a la Cuba de hoy y no son más que embajadores de este país. Esa gente malsana no va a poder ni con Cuba ni con Buena Fe ni con la solidaridad”, apuntaron.
David y Amparo guardaban con mucho cariño los recuerdos de la última visita a principios del siglo, en la cual, sin despintarse estaba la imagen del teatro Milanés, ahora, sin querer partir, prometieron más visitas, la próxima vez con más tiempo.
El regreso a Pinar del Río, será de seguro con sus dos hijas, quienes, para curiosidad nuestra y regocijo de ellos, responden por Melba y Haydée, “nombres escogidos para homenajear a las dos moncadistas”, aclaraban, “seguro ellas también disfrutarían de estos lares como verdaderas pinareñas”.