Como parte del perfeccionamiento del Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, se decidió que las diferentes empresas y organismos del territorio atendieran de forma objetiva a los consultorios en cada comunidad; de manera que asumieran la solución de las problemáticas que en el orden constructivo y de mantenimiento estos pudieran tener, así como la atención al personal de Salud que en ellos labora.
En no todos los casos las instituciones han asumido con total entrega y compromiso el encargo, mas otros se han echado a sus espaldas en menos de un mes la reparación de estos locales.
De un caso y de otros estaremos hablando en Guerrillero, y empezamos hoy con un ejemplo positivo. Vamos primero al “deber ser”.
Los consultorios 106 y 107, ubicados en el reparto Celso Maragoto, pertenecientes al policlínico Raúl Sánchez en la cabecera provincial, comparten el mismo recinto y fueron reparados recientemente por Tabacuba.
En la consulta del primero de ellos encontramos al joven doctor Armando Raúl González Piloto, quien cursa el segundo año de la especialidad en Medicina General Integral (MGI).
Sobre las condiciones estructurales del consultorio refirió: “No siempre estuvo como lo están viendo. El techo tenía filtraciones. Cuando llovía se inundaba. Se agregaron dos ventanas que mejoró considerablemente la ventilación. Se pintó, cambiaron el techo; las consultas hoy son más amenas”.
Asegura el joven médico que es importante sentirse bien en el lugar en el que uno se desempeña: “Es muy difícil estar viendo a un paciente y que te empieces a mojar; tener que dejar lo que estás haciendo para ponerte a inventar y ver cómo resuelves. Cuando las condiciones no son las más idóneas, pasas trabajo para lograr lo que deberías hacer sin ninguna dificultad”.
Rememora que debieron estar con los constructores y mover de un lado a otro constantemente el estante, las historias clínicas, “pero todo fluyó bien y luego de terminar las acciones constructivas los trabajadores de la Empresa se han preocupado por tener las áreas verdes limpias”.
Para Armando es una suerte, además, tener en el consultorio contiguo, justo una puerta frente a la otra, a la doctora Mayda Gladys Miranda Caraballo, quien es especialista en MGI desde 1999 y titular del consultorio número 107.
Ella hizo un alto en su interconsulta de embarazadas para agradecer lo que ha hecho Tabacuba en este local en el que labora desde hace unos seis años.
“Al día siguiente que se les asignó el consultorio ya estaban aquí. Hicieron un trabajo voluntario grandísimo y al otro empezaron a desmontar el techo. Fue muy rápido. Trabajaron en eso, cambiaron el piso, arreglaron un salidero que había en el baño, repellaron las paredes del fondo que se filtraban, pusieron llaves y herrajes nuevos. Han hecho de todo y con calidad”, comentó la doctora.
Explicó que aún no han terminado, pues prometieron levantar un medio portal para descongestionar la sala de estar que es muy pequeña, de manera que entre pacientes exista distanciamiento.
También se han hecho cargo de garantizar el agua del local, por lo que envían una pipa siempre que se les comunica que es necesario.
La doctora titular del consultorio expresa que apenas podían trabajar, y “ahora es maravilloso tener todas las condiciones. El confort es importante, tanto para nosotros como para los propios pacientes. Es que incluso teníamos dificultades con el mobiliario; las sillas estaban rotas, se las llevaron, las arreglaron, las pintaron y después las devolvieron.
“Es muy bueno y rico venir a trabajar donde tienes ventilación, luz, óptimas condiciones, agua para lavarte las manos cada vez que ves a un paciente; es que ahora hasta puedes decirle a uno de ellos que pase al baño si lo necesita”.
Los beneficios no son solo para el personal médico, sino para la población que aquí se atiende. Un ejemplo de ello es Nancy Pereda García, una señora de 67 años que acudió a la consulta para tomarse la presión: “De como estaba este consultorio a ahora es como de la noche al día. Ahora tienen agua, algo tan importante para ellos con la cantidad de enfermedades a las que se enfrentan. Pienso que Salud debe tener prioridades, así atienden mejor a los pacientes, aunque debo decir que no tengo quejas de ninguno de los dos consultorios, lo mismo un médico que otro, siempre me han recibido muy bien aquí”.
El éxito está en trabajar también en equipo. En estos dos consultorios laboran cuatro médicos (tres de ellos residentes) y dos enfermeras. El día de nuestra visita dos residentes cumplían rotación por otras especialidades, pero el joven Armando y la doctora Mayda Gladys asumían toda la tarea.
Para ello cuentan con la ayuda imprescindible de las licenciadas en Enfermería Hanny Yanet González Ceballos y Yudislena Leal Fernández, quienes coinciden en que es muy cómodo ahora atender a las embarazadas, a los lactantes, escribir en las historias, ya que cuentan con buena iluminación y ya no hay humedad en su área.
Relata Miranda Caraballo que cuando se hizo el trabajo, fue sin parar. En cuestión de un mes y 15 días se había concluido. “La idea de asociar los consultorios a empresas que realmente sean capaces de resolvernos determinada situación es perfecta para nosotros, y así brindar a la población la atención que merece”, argumentó, no sin antes puntualizar a modo de resumen: “Eso sí, lo importante, sobre todo, es que sean empresas responsables, que hagan el trabajo bien y nos ayuden”.