Siempre regocija hacer el bien, es algo que los seres humanos llevamos bien dentro, aunque como especie en ocasiones lo neguemos. Según Martí, no existe en la tierra mayor placer que el de llevar alegría a los demás y sentirse útil.
Amparados en estas máximas martianas, el comité de base de la UJC de la Escuela Secundaria Básica Urbana (ESBU) “Paulina Pedroso”, ubicada en el Consejo Popular de “Julián Alemán” en el municipio de Consolación del Sur, convocó a profesores y alumnos del centro para realizar una donación a la escuela de niños sin amparo familiar de la provincia de Pinar del Río.
No obstante, gracias al júbilo de la convocatoria, se sumaron también al donativo padres, vecinos y trabajadores aledaños a la zona, quienes hasta el último momento compartieron sus bienes.
EL HOGAR
De acuerdo con Aydeé Valdés Lezcano, directora del hogar de niños sin amparo filial, la red de hogares se creó en 1984 a petición del Consejo de Estado, con el objetivo de ofrecerle amparo, educación y cuidado a los menores que en un momento determinado no tuvieran familiares que los resguardaran, quedaran huérfanos o fueran abandonados.
En el caso de la provincia, menciona, esta institución se creó en el 1987 para los niños de seis hasta 18 años, de conjunto con un círculo infantil mixto, el cual ampara a los menores de cero a cinco años.
“También tenemos otras funciones, como la de cuidar a los niños con familiares enfermos crónicos que no cuentan con otro parentesco, y a aquellos infantes que sus padres deben cumplir con sanciones penitenciarias.
“Los niños aquí hacen su vida normal y tienen pleno derecho dentro de la comunidad. Pertenecen a todas las organizaciones de masas y ejercen su derecho al voto, los que tienen la edad para ello.
“El niño que llegue a nosotros, es porque verdaderamente no tiene ningún familiar que pueda hacerse con su guarda y cuidado”, comentó.
No obstante lo anterior, según la directiva, aun cuando los padres abandonan a estos infantes, siempre se buscan las alternativas para lograr un acercamiento de ellos hacia el niño, siempre con el objetivo de que recapaciten.
“La máxima nuestra es no dejar nunca que esos vínculos parentales se pierdan o se rompan definitivamente.
“A los pequeños que tienen a sus padres recluidos nosotros los llevamos a la prisión, o en estas instituciones penitenciarias se les hace un conduce especial para que visiten a sus padres e intercambien con ellos”.
Según Valdés Lezcano, la gran mayoría de los niños llega al hogar proveniente de un medio familiar disfuncional, por lo que la parte afectiva-conductual está deteriorada.
Es entonces que, de conjunto con un grupo de especialistas de psicología y pedagogía del policlínico de Especialidades, profesionales del “Turcios Lima” y trabajadores del Centro de Diagnóstico y Orientación de las direcciones municipales y provincial de Educación, se procede a la observación y valoración de los menores.
Todo ello con el objetivo de trazar estrategias y pedagogías posteriores que ayuden a los niños a recuperar su confianza y autoestima.
EL DONATIVO
Fue la “Paulina Pedroso” la primera institución de su tipo en tener este hermoso gesto en todos estos años para con el hogar, de acuerdo con el criterio de los trabajadores de este último; pues en diversas ocasiones otras entidades también tuvieron deferencias para con el hogar, pero nunca lo había hecho un centro estudiantil de educación secundaria.
Zoily Aguilera Borges, subdirectora docente de la mencionada ESBU, expresó que la idea llegó tras una reunión del comité de base de la UJC, pues surgía la interrogante de hacia dónde iba el dinero que se abonaba a la organización como cotización.
“Al investigar y hacer las pesquisas pertinentes, descubrimos que el destino era para las casas de niños ni amparo filial. Eso nos tocó el alma y decidimos tener un gesto de amor y solidaridad con ellos. Hicimos la convocatoria para una gran colecta, y sin quererlo se extendió a los estudiantes del centro y a la comunidad”, comentó.
Ante esta iniciativa nadie vaciló, y aun a sabiendas de la situación económica actual y las problemáticas asociadas a la pandemia, toda la comunidad de “Julián Alemán” aportó su granito de arena.
“Nosotros en un primer acercamiento nos dirigimos a este lugar para conocer en qué podríamos contribuir, y que sería más efectivo. Debo decir que la respuesta a la convocatoria fue inmediata y muy superior a lo que esperábamos. Justo hasta minutos antes de salir para Pinar del Río seguían llegando cosas para desarrollar esta actividad”, acotó Zoily.
Odaimy de la Cruz Páez, secretaria de base de la UJC de la ESBU, mencionó que este tipo de experiencia siempre es buena para el alma, pues solo así se puede valorar lo que se tiene.
“Llegar a este lugar y sentir que somos bien recibidos y que podemos compartir y dar de corazón nuestros dones y nuestros talentos, no tiene precio.
Poder destinar recursos para este tipo de instituciones es verdaderamente un regocijo y un privilegio. Creo que nosotros salimos ganando en este intercambio, pues nos llevamos mucho más de lo que aportamos hoy”.
LOS AGRADECIDOS
Luis Alberto García Bernal, adolescente de la casa de niños sin amparo filial agradeció al colectivo de la ESBU de parte de sus compañeros, al tiempo que señaló que actividades como la de esa jornada se vivían y disfrutaban con poca frecuencia.
“Es muy interesante compartir con alumnos y jóvenes contemporáneos con nosotros provenientes de otras locaciones, y que de cierta manera también están pasando por los mismos procesos emocionales que nosotros desde el punto de vista de la adolescencia, la pandemia, las clases, los estudios, la forma de vivir la vida y demás”.
“Esta es una forma bastante agradable de romper un poco con el encierro que nos ha impuesto la Covid-19”, comentó.
Por su parte, Lauren Valdés Rodríguez, quinceañera de la casa de niños sin amparo filial también alegó que le alegró mucho recibir a los profesores y estudiantes de la “Paulina Pedroso”, pues para ella era importante conocer que hay muchos jóvenes dispuestos a compartir lo que tienen.
“En momentos como este con la situación tan difícil que sufre nuestro país y el mundo, esto no es un simple gesto de dar lo que sobra, sino de compartir lo poco que se tiene, y eso es muy especial y se agradece muchísimo.
“Para nosotros esta visita revistió una importancia tremenda, pues no solo el gesto, sino la dedicación y entrega del colectivo en toda una jornada llena de risas y alegrías es algo que nos dejará gratos recuerdos”.