La arrancada tardía, por diferentes causas, de la actual campaña de primavera de la agricultura en Pinar del Río, ha provocado atrasos en la preparación de tierras y en las siembras previstas para ese periodo; pero los campesinos no se dan por vencidos, sobre todo en tiempos de COVID-19.
Porque la alimentación del pueblo constituye prioridad y los productores saben de la importancia de ponerse al día con las 12 mil hectáreas (ha) aún rezagadas, las cuales se reprogramaron de cara a completar antes del mes de agosto.
Marcelo Jorge Valle Casanueva, de la Unidad Empresarial de Base ermanos Barcón, del municipio cabecera, constituye uno de los afanados en tributar al abastecimiento de los puntos de venta concebidos en el territorio.
Maíz, boniato, calabaza, pepino, ya se vislumbran en sus extensiones de tierra toda vez que aseguró cubrir la totalidad en unos 15 días, incorporando otros productos como yuca.
Junto a 10 personas, vela por la salud de las plantaciones pues «nos gusta darles las atenciones culturales en el tiempo óptimo, lo cual ayuda a trabajar menos y tributa a mayores rendimientos».
Unas 37 mil ha deben sembrar los agricultores vueltabajeros en esta contienda, tres mil más que en la anterior, y al decir de Víctor Fidel Hernández Pérez, delegado del sector en la provincia, existen las potencialidades para cumplir y los campesinos se han comprometido con eso.
Hoy se recurre a los cultivos de ciclo corto, fundamentalmente, y dijo que Pinar del Río dispone de la maquinaria, cierto nivel de combustible y las suficientes semillas para acometer las siembras; en tanto también se acude a la tracción animal como método tradicional efectivo.
Precisó que cerca de 790 hectáreas se deberán preparar cada día para recuperar las 10 mil todavía sin alistar.
Eso nos pondría en condiciones -igualmente en dependencia del clima- de desarrollar una campaña de primavera como está prevista, remarcó.
Se ha extendido la red comercial y de 367 puntos de venta, la provincia ya dispone de 444 para llegar a la mayor cantidad de personas y localidades posibles, pese a resultar aún insuficientes los productos agrícolas.
Vinculados a unidades productivas y radicados, además, en bodegas de Comercio, esos sitios aseguran el expendio de viandas, hortalizas y granos en determinados momentos de la semana.
En el caso del enclavado en el kilómetro 8 de la carretera a La Coloma, en el municipio de Pinar del Río, este domingo puso a disposición de unos 800 consumidores guayaba, plátano, calabaza, melón, pepino, pimiento, mango, habichuela y boniato.
Experiencias como estas deben perdurar como práctica permanente- acotó Hernández Pérez- una vez el país vuelva a la normalidad tras superar la COVID- 19.
El joven Yasmani Álvarez García, de la Cooperativa de Créditos y Servicios Ceferino Fernández, es uno de los encargados de suministrar alimentos a ese punto de venta.
Para ello, dedica sus tierras a renglones como habichuela y melón, y aprovecha el 60 por ciento de los suelos en los cuales cultivó tabaco, en la producción de maíz.
Venancio Ramírez Rivas, productor y presidente de esa cooperativa, precisó que los 86 socios apuestan por la alimentación del pueblo; y en ese objetivo laboran los siete días de la semana para poder diversificar las ofertas.