“…Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a entregar mi corazón…”, así canta Fito Páez en uno de sus temas más populares, que en los últimos tiempos recoge el sentir y hacer de muchos.
Y es que cuando se pasa por tiempos oscuros, de dolor y pérdida, el humanismo, la empatía y la resiliencia también germinan, como esas plantas que nadie se propuso sembrar y aún así las vemos crecer, florecer y dar frutos.
Hace apenas un año y medio atrás, si me hubieran dicho que para caminar por las calles necesitaríamos cubrir parcialmente nuestro rostro, que esa calidez característica típica de los cubanos se vería limitada por la gélida imposición de un organismo microscópico o que el mundo se detendría con una parada en seco, no lo habría creído. Y es que los tiempos actuales parecen sacados de la más dura película de ciencia ficción.
La COVID19 nos ha arrebatado mucho: planes, sueños, risas, abrazos, tiempo, personas; pero también nos ha dado la oportunidad de reinventarnos, de encontrar nuevos caminos, de aprender mejor a ponernos en el lugar del otro, ha sacado lo mejor de nosotros.
Ese es el caso del proyecto + Amor. Una iniciativa que ponen en práctica jóvenes de Pinar del Río, quienes preocupados por la difícil situación epidemiológica de la provincia, decidieron no quedarse de brazos cruzados y llevar un poquito de luz a quienes la necesitan.
Cuando el amor se multiplica
En una calurosa noche de los últimos días de agosto, un grupo de amigos se reúne vía WhatsApp, porque el sentido común y la amenaza de un virus mortal, obligan a compartir desde lejos; ríen, conversan sobre sus sueños, se recomiendan buenas películas y series para ver. Y en medio de la diversión, una preocupación y un deseo los une aún más.
“Nos pusimos a conversar sobre la tristeza por la situación de la Covid-19 y pensamos hacer algo para ayudar a los más necesitados. Es esa noche cuando creamos el proyecto + Amor, con la intención de recoger donaciones de aseo, juguetes, medicamentos, alimentos, entre otras cosas. Decidimos crear la red de los coordinadores y mensajeros, que serían los que tenían motos y bicicletas para la distribución. A partir de ahí comenzamos a lanzar la convocatoria”, así cuenta a Guerrillero, Luis Gabriel Junco Quintana, uno de los coordinadores y miembro del Buró Político-Ideológico de la Unión de Jóvenes Comunistas en Pinar del Río.
En ocho muchachos recae la responsabilidad de, en medio de sus estudios y trabajos, recibir a todas las personas que prestas, acuden a la Dirección Municipal de la UJC en el municipio cabecera, a aportar su granito de arena. Además de organizar y clasificar todas las donaciones e investigar sobre casos sociales que viven en situaciones críticas y finalmente llevar a cabo la entrega.
“Al día siguiente de esa noche ya teníamos en la puerta la primera donación. Y así́ fueron sumándose personas de todas las edades. Recuerdo que me llamó una señora del consejo popular Hermanos Cruz que estaba interesada en colaborar y todos los vecinos de su paso de escalera se sumaron. Además, la Dirección Municipal de Educación se hizo eco de la convocatoria y comenzamos a recibir el aporte de escuelas así como de otras entidades y organismos”.
Ni la Covid puede robarse la ternura de los corazones
Una joven con más de 4 hijos, una anciana que sufre de maltrato familiar, una embarazada con 5 hijos; han sido algunos de los casos sociales que han recibido el amor del proyecto.
Sus integrantes no se limitan y el proceso también fluye a la inversa, pues han sido contactados por personas que necesitan algún medicamento o artículo y se los han suministrado.
“Nos alegra saber que podemos ayudar. Desde un municipio nos llamaron para saber si disponíamos de penicilinas que necesitaban para completar un ciclo y las teníamos gracias a dios”.
Se definen a sí mismos como un puente, pues tiene la humildad de reconocer que el gesto y el premio final es para todas las personas que han donado. Se sienten gratificados con esa labor de llevar amor.
Y a menos de un mes de haber iniciado, ya han logrado ayudar a más de 30 hogares y la lista seguirá creciendo pues el proyecto no tiene intención de detenerse.
“Seguiremos ayudando y cada vez que haga falta activarlo lo haremos. Continuaremos multiplicando la solidaridad y el amor a nuestro pueblo”.
Pinar del Río dice sí por la vida
En este proyecto de amor, los pinareños han jugado muy bien su papel. Ante la convocatoria de ayudar, muchas manos aparecieron y tengo la certeza de que continuarán sumándose, porque desde pequeños hemos aprendido a estar allí para quien lo necesita.
“El pueblo pinareño acogió esa convocatoria de corazón, se quitaban sus cosas para donarlas y estamos hablando de artículos elementales, que incluso cuesta mucho conseguirlos. La respuesta fue muy positiva, las llamadas que hemos recibido, desde cualquier consejo popular, y si ellos no podían llegar con su donación, allá íbamos nosotros a recogerla”.
En estos tiempos, ayudar es uno de los gestos más nobles. Así se le pone corazón hasta a las situaciones más duras y es una manera de abrir el camino que nos conduzca a sobreponernos de esta dura pandemia.
“Al pueblo pinareño les digo que no pierdan la fe. Esta triste situación va a pasar y saldremos adelante como lo hizo Matanzas. Tengamos confianza. Multipliquemos siempre el amor, en cada rincón, en cada barrio y en cada institución de salud, en cada cubano”.
Ese periódico tiene para mí gran significación. En muchas oportunidades, siendo yo Miembro del Buró Provincial del Partido, presidido entonces por el Comandante Camacho, compartí ideas con la dirección del periódico sobre el diseña de la primera página.Felicidades.