La historia de un lugar se hace de los retazos, recuerdos y vivencias de las personas. No hay un sitio famoso, solo porque sí, aun cuando sea muy bello o sublime; sólo la apreciación humana lo hace trascendente.
Por eso viajamos en este trabajo con los sentimientos de algunos de los protagonistas, ya sean estudiantes, profesores, directivos o graduados del instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas Federico Engels, de Pinar del Río, que este 27 de enero cumple 45 años.
Por sus pasillos anduvimos hace poco y observamos el movimiento constructivo y reparador que se desarrolla por varios de los sitios del inmueble, “la casa azul”, como a muchos les gusta llamarla.
Pintura, andamios, mezcla de cemento, albañiles, pintores y más harán que poco a poco se convierta en una escuela más bonita y confortable.
LOS DE HOY
En la biblioteca del centro dialogamos con Catherin Suárez Álvarez, actual presidenta de la FEEM, quien nos aseguró que ha sido un año difícil, mucho más tras el paso del huracán Ian; sin embargo, nos aseguró que los estudiantes de nuevo ingreso son una generación que promete, y que lleva todos los valores que se buscan en una escuela de este tipo.
“Este centro le aporta a cada alumno una formación integral que es lo más significativo y lo que nos diferencia del resto de los IPU y demás centros, porque aquí solamente nosotros no recibimos Matemática, ciencias, Educación Física, participamos en concursos, sino que aprendemos a compartir, a ser todos juntos uno solo, a que en familia y en equipo se pueden resolver los problemas y creo que eso es lo más importante”.
Con Frank Carlos Robaina Valdés, estudiante de onceno grado, y quien se desempeña como vicepresidente provincial de la FEEM, también conversamos sobre sus experiencias.
“Es una escuela magnífica, donde nos enseñan muchos valores, ante todo la modestia, porque siempre el estudiante de IPVCE tuvo fama de superioridad, pero aquí nos inculcan que para nada es así, somos iguales que los demás.
“Tenemos un claustro de profesores muy competente, a pesar de que no todos sean de gran experiencia, pues los jóvenes tienen una preparación magnífica, y desde sus clases nos incitan a seguir los estudios para que nuestro proceso académico sea cada vez mejor.
“Soy estudiante de un concurso de Biología. La preparación por parte de los entrenadores es algo impresionante en todas las asignaturas, por eso obtuvimos el tercer lugar a nivel nacional y el primero en los resultados de los exámenes para el ingreso a la Educación Superior. Todo eso es gracias al empeño de profesores y alumnos”.
José Carlos Cortina Pelegrí quiere ser músico, y si no médico pediatra, pero siempre la primera propuesta es lo que más le apasiona. Por eso quisiera tener la oportunidad de poder optar por la Licenciatura en Música.
“Descubrí que quería ser músico cuando estaba en la secundaria, pero ya no tenía oportunidad de entrar a una escuela de artes, creía que no podría realizarlo, por eso pensé en ser médico, y cuando entré aquí mis sueños tomaron el camino que siempre quise.
José Carlos forma del parte del proyecto sociocultural que se llama Manuel Saumell que reúne a los artistas aficionados, con la profesora Idia Rosa Martínez al frente.
“La escuela nos forma en todos los ámbitos, como bachiller en Matemática, Física, en todas las especialidades, pero también en el trato diario como personas, porque persiguen nuestra alta educación y nivel cultural”.
DE LOS DE AYER
El ser fundador del centro fue algo que marcó una pauta imborrable en la vida profesional del reconocido profesor Luis Pérez, distinguido recientemente con el Escudo Pinareño.
“El inicio de mi vida laboral coincidió con el momento en que se inauguró esta escuela. Me gradué de la carrera de Filología en la Universidad de La Habana y fui ubicado en este centro, para mí una suerte.
“Intervine de manera protagónica en la preparación del acto de inauguración, que como todos saben asistió Fidel, y desde ese día se enarboló ese lema inolvidable que marca a todo el que ha pasado como profesor o estudiante: ‘Fragua martiana marxista leninista forjadora de futuros comunistas’.
“En muy poco tiempo la escuela creció en prestigio hasta que se convirtió en lo que yo he dado en llamar ‘un coloso educacional’, no solo para los pinareños, sino para todos los cubanos, porque este tipo de centro representó la garantía de concretar una formación multifacética. Importante no solo por el nivel de instrucción que se adquiere, sino por el educativo.
“Un estudiante que pase por aquí debe distinguirse por sus normas de educación formal, su forma de expresarse verbalmente, cortesía, decencia, y me parece que ahí está la gran fortaleza.
“Los egresados ocupan posiciones claves, incluso cargos de dirección de primer nivel, y están diseminados por todas las latitudes del orbe, es decir, que ‘Federicos’ hay en cualquier rincón del planeta”.
Muchos alumnos recuerdan al profesor Armando José Eliot Fuentes (Mandy) con mucho cariño y respeto. A este profesional que dedicó a la vocacional su vida laboral desde el año 1978 hasta el 2001, también lo entrevistamos.
“La Vocacional, cuando lo era, en la época de Julio César Brismat y Zenén Viera, aglutinó tanto y tan bien a los profesores, que fuimos, somos y seremos una gran familia.
“Entre nosotros no había celos profesionales. El día de una inspección, los profesores de la cátedra se ponían en función de los que iban a ser visitados, igual apoyábamos a la unidad y a la escuela.
“En esos inicios se nos creó un sentido de pertenencia hacía ese monstruo (por lo grande) tan querido, que llegó a ser nuestra segunda casa. Trabajábamos más de 12 horas al día.
“Los alumnos, muy alumnos, conscientes del papel y prestigio del centro en la provincia y nación, eran el reflejo de la formación que se les daba. Participaban y ganaban en competencias culturales, deportivas y de conocimientos.
“Como IPVCE han ganado gran cantidad de olimpiadas internacionales, el centro cuenta con prestigiosos entrenadores; destacar además la fortaleza del movimiento de aficionados”.
La joven Liset de la Caridad Cruz Rosete, quien se desempeña como psicóloga médica en el hospital Abel Santamaría, estudió en la “Engels” en el periodo del 2003 al 2006, y con agradecimiento reconoce cuánto la ayudó esta etapa en su orientación profesional, en la creación de hábitos de estudio y en los deseos de ayudar a los demás, algo importante en su labor diaria.
“Recuerdo con gran cariño a mis compañeros de grupo, éramos muy unidos, y la amistad que hicimos perdura en el tiempo. La profesora guía, Moraima Aragón, se convirtió en nuestra amiga, en alguien con quien podíamos contar, ella nos inculcó valores como la honestidad y la solidaridad, necesarios para desempeñarse en la vida con éxito y humildad”.
DE LOS ACTUALES
Solo 21 años tiene Alberto Jesús Riverol González, y aunque cursa el segundo año de la carrera de licenciatura en Marxismo Leninismo e Historia en la Universidad de Pinar del Río como parte de la tarea Educando por amor, imparte clases en la “Engels”, el mismo centro donde cursó su preuniversitario.
“El IPVCE tiene algo encantador que perdura por los años y son sus estudiantes, las relaciones que uno hace dentro de la escuela.
“Las experiencias que se viven aquí no se olvidan jamás, incluso hay una tradición de que todo los 27 de enero vienen muchos egresados a ver a sus profesores y demás, incluso, los que no están en el país celebran y se reúnen.
“Esta escuela me enseñó a investigar, que es muy importante cuando uno llega a la universidad. Cuando hacíamos las sociedades científicas, siempre participé en la asignatura de Historia de Cuba con mi entrenadora Raquel Lugo (ya fallecida), una excelente profesora que me inspiró a elegir mi carrera.
“Mi preparación en la asignatura depende bastante de ella, al igual que de otros como Mario Llamazares”.
Maidel Sánchez Vizosa, profesora de Matemática de décimo grado, quien lleva 10 años en el centro, usaba uniforme cuando comenzó a dar clases en este plantel. Recuerda que la confundían con los alumnos. Ella aún era estudiante de la Universidad Pedagógica.
“La primera vez que me enfrenté a dar la preparación para las pruebas de ingreso fue complejo, porque creo que me acompañaba el conocimiento, pero no la experiencia, dos cosas que tienen que ir a la par; pero tenía como ventaja al colectivo de trabajadores, con una vasta experiencia, que desde que comencé me brindaron todo su apoyo.
“Este es uno de los claustros más esforzados y comprometidos que tenemos en el país, porque hemos pasado por muchas adversidades que hemos sabido afrontar y salir de ellas lo mejor posible.
“Es verdad que lleva sacrificio al ser una escuela interna, ya que cuando en otra se termina a las cinco de la tarde, aquí comienza otra vida, en la que son importantes las relaciones entre los alumnos y la familia. Ojalá que al menos una gran parte de los estudiantes que hoy se gradúan en el Pedagógico puedan hacer su práctica laboral aquí, por la experiencia que se llevan.
“Aquí la disciplina laboral es rigurosa, este es uno de los elementos que nos lleva al éxito”.
Más de 20 años lleva el profesor José Luis Mollinedo en la “Engels”, y en los últimos tiempos siempre nos ayuda con los principales datos. En esta oportunidad nos habló sobre las estrategias para desarrollar el afán por la investigación.
“La escuela se destaca por las sociedades científicas y la atención a los alumnos talentos, y todos los estudiantes tienen derecho a participar. Se seleccionan según su perfil, en el que ellos se sientan más capacitados, al final salen con muy buena preparación. Los hay que por esta vía cogen carreras de forma directa a las universidades. El curso pasado ingresaron 35, unos por concursos y otros para el Pedagógico.
“Es un orgullo para nosotros, directivos, entrenadores, el claustro docente, porque si hacemos un análisis, en todas las ramas de la sociedad hay representación de los alumnos del IPVCE de Pinar del Río”.
DE FIESTA
Con el rostro lleno de alegría Modesta Miliáns Carbó, la actual directora, nos dice que están de fiesta.
“Muy felices y orgullosos porque los resultados del IPVCE son excelentes y en los últimos dos cursos hemos estado en el primer lugar nacional, según los resultados de los indicadores que miden la eficiencia en este tipo de institución.
“Para mí ser la directora en este aniversario significa un reto enorme, pues la escuela tiene generaciones de graduados, exactamente 19 338 estudiantes, que se encuentran hoy en cualquier lugar del planeta y que en nuestro país ocupan lugares cimeros en la provincia y en el ámbito nacional, como por ejemplo el ministro de Salud Pública, el director de Recursos Hidráulicos y el presidente del Inder.
“En la provincia, el director de la Unión Eléctrica y el del Combinado Lácteo, muchos doctores que laboran en los hospitales, ingenieros… que aportan sus saberes al desarrollo del proyecto socialista, pasaron por esta escuela.
“Invitamos a que todos asistan a la gala que vamos a hacer el día 26 a las ocho y media de la noche y al acto político cultural que será el 27 a las ocho y media de la mañana. Estaremos felices de recibir a la gran familia de esta ‘Casa Azul’, adorada por todos.
“Contamos con un amplio plan de actividades. En este momento reparamos el protocolo de la escuela, las áreas deportivas, que tanto solicitaron los estudiantes, gracias a la colaboración de todo el personal del Inder en la provincia y del presidente nacional que nos apoya bastante.
“Estamos en la renovación de las áreas verdes que hacen de esta institución algo único, con la pintura de las áreas fundamentales, pasillos, albergues y cocina comedor”.
“Desarrollamos actividades con los egresados, fundadores; encuentros deportivos; conversatorios con escritores, glorias deportivas, artistas plásticos.
“En el 2022 -2023 la matrícula es 1 106 estudiantes, divididos en 37 grupos de preuniversitario, y dos en el proyectos de formación de talento de noveno grado.
“Tenemos 146 docentes, de ellos 42 máster, cinco que se forman como doctores en ciencias y 12 cursan su maestría. Todos son licenciados, un claustro que se renueva, porque en su mayoría son personas que llevan una vida laboral en nuestra institución, y nos damos a la tarea de buscar el relevo que en su debido momento tendrá que seguir la obra de la formación de los futuros hombres de ciencia de Pinar del Río, para la provincia, Cuba y el mundo”.
Ya al finalizar este trabajo recibimos un escrito que nos hizo llegar la profesora Migdalia Ramírez Morejón, cuyos autores fueron alumnos de hace más de 40 años, y entre las palabras subrayadas de su historia encontramos: Responsables, amor, respeto, sensibilidad, creatividad, sencillo, fortaleza, organizados, atrevidos, sinceros, honestos y deber cumplido.
Eso le dejó la “Engels” a una generación que sabe valorar muy bien qué le aportaron sus educadores.
“La disciplina era transmitida por maestros, que enamorados de su profesión y con la absoluta confianza que los padres depositaban en ellos, siempre estuvieron prestos a ayudar a sus alumnos, a acompañarlos, aconsejarlos, quererlos; nombres y apellidos como Esperanza, Verde, Sarah, Lóriga, Pablo, Dávila, Elena Alpízar, Raulito, Idia, Basilio, y tantos otros son dignos de mencionar”.