Este 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermería, una profesión imprescindible en el sistema sanitario de cualquier país y son numerosos los pinareños que dejan una huella de amor en el mundo.
Es el caso del master en Ciencias Juan Carlos Curbelo Fajardo, quien en Argelia escribe páginas de sacrificio para salvar la vida de mujeres embarazadas y sus bebés.
Trabajamos en lugares donde existe la COVID- 19, incluso con pacientes maternas infectadas a las que se les practica cesárea, precisó vía Internet y destacó el uso de los medios de protección por parte de cada uno de los profesionales para realizar sus quehaceres y de ese modo, cuidarse.
Nuevamente África es mi trinchera de trabajo, ahora en el sitio por donde se inició el internacionalismo médico de la Revolución- en 1963-, apuntó, pues anteriormente combatió el virus del Ébola en ese continente.
Estos tiempos de pandemia exigen mayor entrega al trabajo y profesionalidad para minimizar los riesgos de contagio, por lo que Curbelo Fajardo exhortó a sus colegas a mantener su altruismo y rigurosidad.
La humanidad necesita sin duda alguna de los profesionales de la enfermería; y al final de esta situación, nos abrazaremos todos, puntualizó uno de los 223 enfermeros cubanos que en esa nación están distrubuidos fundamentalmente en los programas materno- infantil y el oftalmológico.
Para el licenciado Ricardo Zamora Álvarez de la Campa, la experiencia en Turín, Italia, como parte del contingente internacional de médicos especializados en situaciones de desastres y graves epidemias Henry Reeve ha significado un constante aprendizaje.
Nos nutrimos de los profesionales italianos y viceversa, precisó quien labora junto a otros ocho enfermeros de Vueltabajo en un hospital de campaña concebido para enfrentar la COVID- 19, y sigue los procederes establecidos por la profesión teniendo en cuenta las medidas de bioseguridad.
Pero el mayor regocijo para todos lo constituyen los 15 pacientes dados de alta; y “esperamos que mejore la situación”.
Yeisenys Lazo Cruz, licenciada en Enfermería también integrante de la Henry Reeve, envió un breve mensaje de aliento desde Santa Lucía, en el continente americano: “un mundo mejor es posible”.
Ella forma parte de los 113 médicos, enfermeros e ingenieros biomédicos que viajaron hacia esa isla del Caribe y laboran en diversas comunidades incorporados a instituciones de salud.
Porque la enfermería libra hoy una importante batalla en Cuba y en el mundo contra un enemigo microscópico, que se empeña en arrebatar vidas y demostrar la ineficiencia de no pocos gobiernos del orbe.
Mientras tanto, los profesionales de la mayor de las Antillas se esmeran cada día por la atención de calidad a los pacientes y sanar, además, sus almas.