Las flores tienen una energía que llenan los espacios de nuestra vida. Son desintoxicantes mentales y embellecen cualquier rincón. Existen una gran variedad de ellas, pero en esta ocasión comentaremos sobre una de las más populares y bellas: los girasoles.
Estos han sido protagonistas de películas e historias fantásticas por su gran tamaño y vibrante color. El amarillo de sus pétalos está relacionado con la vitalidad, el calor, la energía, la luz y la creatividad. De una forma u otra nos recuerdan al sol, principalmente porque sus pétalos simulan sus rayos y se sabe que se mueven en torno a la posición de este.
Se clasifican como una planta de floración anual que crece de forma rápido, florece abundantemente y luego muere con la primera helada.
Los girasoles amarillos son una planta herbácea, originarios de Centro y Norteamérica, aunque en la actualidad se cultivan en zonas muy diversas.
De hecho, son sus colores los que convierten a los girasoles en símbolos muy valiosos de la infancia, la inocencia, la buena energía, el cariño, vitalidad, la inteligencia y la buena suerte.
Antonio Machado Y Ruiz (1875 – 1939) fue un destacado poeta y dramaturgo español, y el representante más joven del movimiento conocido como la Generación del ‘98.
Sus obras iniciales poseían un estilo modernista que finalmente rechazó, adoptando lo que llamó “poesía eterna”, mucho más intimista y romántica. Se pueden distinguir tres etapas en su evolución artística. En la primera se establecen sus vínculos con el romanticismo. Sus poemas evocan recuerdos y sueños y una identificación subjetiva del poeta con los fenómenos naturales, especialmente el ocaso.
En su segunda etapa, Machado se alejó de la introspección pura y buscaba capturar el paisaje austero y el espíritu de Castilla en un estilo severamente denudado y sombrío. Ya en sus últimas obras expresa profundos puntos de vista existenciales que reflexionan sobre la soledad del poeta. También escribió obras de teatro en colaboración con su hermano Manuel y una colección de reflexiones filosóficas con fuertes connotaciones existencialistas.
En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua. Al estallar la Guerra Civil española se encontraba en Madrid, desde donde se mudó con su madre y otros miembros de la familia a Barcelona. En enero de 1939 comenzó su viaje al exilio, pero murió repentinamente en Colliure.
De nuestro idioma: el español tiene una gran cantidad de palabras con sus respectivas curiosidades como es el caso de «salle», la unión de la forma verbal sal, como imperativo del verbo salir, junto con el pronombre enclítico le. Esta palabra es la única del idioma que se puede pronunciar como tal, pero nunca escribir, según las normas ortográficas que establece la Real Academia Española. También podemos encontrar el ejemplo de «oía», la palabra del castellano que tiene tres letras, pero que a la vez se contabiliza como tres sílabas, debido a que tiene un hiato de vocal abierta.