Nació entre los olores del mar y del mangle que circundan la costa de La Coloma. Creció entre el bullicio de un puerto pesquero que sigue siendo de los más importantes del país y donde todas sus generaciones han vivido, en su mayoría, de la pesca, que en sus inicios estuvo vedada para la mujer dedicada como siempre a los quehaceres hogareños y a insuflar los altares para pedir por la suerte de sus hombres, metidos la mayor parte del tiempo, entre las olas de la incertidumbre del mar.
Ella no lidió con las zozobras de un siglo atrás, cuando las precarias embarcaciones montaban a hombres sin más condiciones que remos y velas que no daban para mucho más que engañar a la miseria, con el escaso dinero que se pagaba por el pescado.
Laura Izquierdo García es una mujer joven de tez negra, cuyos ancestros están muy ligados al devenir de gente ruda que sobrevivió durante mucho tiempo imponiéndose a la naturaleza para sostener a sus familias, y asiéndose de un carácter hosco derivado de una vida despojada de escuela y crecimiento espiritual, que prevaleció antes de 1959.
Todavía, y a pesar de los avances en múltiples esferas de la vida, existen rezagos, pero ella, que se empeñó en crecer desde las aulas que le brindó un sistema de educación universal y gratuito, llegó a graduarse de ingeniera mecánica en la universidad Hermanos Saíz Montes de Oca de Pinar del Río.
Así se vinculó a su puerto natal y luego de transitar por el astillero de la Empresa Pesquera Industrial de La Coloma (EPICOL), hace ya casi dos años, es su directora general.
Allí, en la casa matriz de esa entidad, la más importante del sector pesquero en el país, quise abordarla cuando todavía está fresco ese día memorable de las féminas.
¿Crees que tu condición de mujer te propicia ventajas o desventajas en tu cargo de directora general de Epicol, una empresa donde la mayoría de la fuerza laboral es masculina?
“Debo partir de mi condición de nacida y criada en La Coloma y de ser hija de trabajadores industriales de allí. Eso me sitúa en una posición ventajosa, porque conozco y me conocen. O sea, desde el punto de vista emocional, me sensibiliza con la labor de los obreros de la industria, por ejemplo, cuyas jornadas son largas muchas veces y fuertes.
“Hay otra cosa… en el orden estructural la casa matriz de Epicol radica dentro de la UEB La Coloma, lo que hace de la comunicación un elemento más fluido e interesante. Ves con frecuencia a pescadores, trabajadores de oficina, de la industria y puedes aquilatar mejor el ambiente y en consecuencia tomar decisiones más efectivas, que no fuera así de no existir esa comunicación tan cercana… creo yo”.
Pero el hecho de que seas ingeniera mecánica, mujer, criada aquí mismo, debe también tener alguna influencia en tu quehacer.
“Lógicamente. No es solo el hecho de haber estudiado y ser mujer. Es que ellos, pienso, se ven mejor representados, porque soy hija de trabajadores de aquí, que nos conocemos como te decía”.
¿Sales a las zonas de pesca?, porque me dicen que no sabes nadar.
“Increíblemente no sé nadar. Quizás la sobreprotección me limitó, pero eso no puede ser obstáculo para que los directores, incluyéndome, estemos en algunos momentos. Ahora, cuando me monto en una embarcación tienen que estar identificados los medios de salvamento, que además tienen que existir en cada barco. Esos medios son mi almohada.
“Cuando salimos identificamos los asuntos que pueden limitar la producción de las pesquerías. La situación con las condiciones de vida en las embarcaciones, de los centros de acopio, porque esos trabajadores, incluidos pescadores, pasan 10 días lejos de sus casas y de sus familias. Además, los resultados de nuestra Empresa se deciden primeramente en el mar y todos los directores de las UEB extractivas de Epicol tienen planificado en su plan de trabajo esas salidas, entonces también yo debo estar”.
Cuando te inclinaste por la ingeniería mecánica, ¿te imaginaste que trabajarías en Epicol?
“Siempre tuve esa inclinación de trabajar en la Empresa. Porque todos los colomeros conocen que esta entidad es la más importante de la pesca en el país, aunque nunca imaginé que podría ser como directora. Estuve en el astillero antes. Pensé en eso, pero con la visión de hacer bien mi trabajo, no de llegar a ser directora o algo así”.
Me sorprende que en Epicol reina la limpieza. No hay papeles en los accesos a viales de la infraestructura, que acoge no solo a la casa matriz, sino también a la industria, las actividades de aseguramiento, entre otras.
“Mira, nosotros producimos alimentos, ya sea para el consumo nacional o para la exportación, por lo tanto, debemos tener identificados los procesos de calidad e inocuidad de los alimentos, que van desde los exteriores hasta los interiores de cada lugar en la Empresa, con normas muy estrictas y buenas prácticas identificadas, desde que entran a la planta las materias primas hasta que salen.
“El mercado extranjero de nuestros productos es diferenciado y este proceso exige requerimientos de inocuidad y está avalado por la certificación de las normas NC: ISO 9001/2015 y la NC: ISO 22000/2018, relacionadas con la calidad e inocuidad de los alientos. Así que no se nos hace difícil por el conocimiento que se tiene de cada proceso y las buenas prácticas de higiene.
“Hay un proceso de capacitación continua desde el pescador, pasando por los industriales hasta el trabajador de servicio.
“Además, tenemos a los pescadores de la langosta que en la etapa de veda se incorporan a varias actividades de reparación y mantenimiento de la infraestructura que se contratan y lo mismo reparan artes de pesca, que hacen trabajos de albañilería y también de limpieza, lo cual evita a la Empresa reducir gastos que de lo contrario pagaríamos a terceros”.
¿Cómo crees que puede Epicol acompañar al proyecto de país que pasa inevitablemente por el apoyo a las comunidades desde la gestión de la empresa estatal socialista y demás actores de la economía, los servicios, la cultura…?
“Hoy la empresa estatal socialista cuenta con herramientas que posibilita emplear en diferentes destinos las utilidades creadas, incluso en divisas.
“Por ejemplo, Epicol en la actualidad está presentando a la Junta de Gobierno un proyecto de construcción de viviendas para nuestros trabajadores y conciliado con el Consejo Popular se pueden identificar otras cuestiones como son las mejoras de cubiertas, de pisos, y obras sociales como construcción de casas infantiles, reparación de consultorios médicos, hogares de ancianos, siempre con la participación de la comunidad y los trabajadores.
“O sea, que las utilidades no se convierten solo en salario, sino en vínculo con las comunidades, lo que a mi juicio siempre va a fortalecer la relación con la gente y el respeto de la comunidad hacia la entidad”.
Hoy el medioambiente está en el centro de los impactos de las grandes industrias y Epicol es una de ellas, ¿cómo observas desde tu responsabilidad esta cuestión?
“Como pescadores que somos tenemos una responsabilidad muy grande con el medio ambiente. Por eso llevamos a cabo un proceso inversionista a largo plazo para ir sustituyendo las embarcaciones de ferrocemento y madera por plásticas.
“También somos parte de la Tarea Vida aquí en la provincia y por tal motivo estamos sustituyendo a gases tóxicos como el amoniaco por gases más nobles en procesos industriales.
“En estos momentos en los siete centros de acopio que se encuentran en áreas de la plataforma para la conservación de langosta, principalmente, existen sistemas fotovoltaicos para la generación de energía y hace ya tiempo que no se usan plantas de combustible para ello. Igualmente utilizamos y reponemos en la medida de las posibilidades vehículos automotores eléctricos y así vamos transformando en un proceso gradual y sostenido la matriz energética de la Empresa”.
Tus hijos son adolescentes, una edad compleja, difícil y decisiva a la vez en su formación. ¿Cómo los educas?, ¿qué esperas de ellos?
“Mira, si he llegado a lo que soy es por la familia que he tenido. Porque me han acompañado, mi madre, mi esposo. Le hemos inculcado el estudio y el respeto. Están claros también de que ellos son quienes deciden lo que van a hacer y nosotros estamos para corregir cualquier cuestión que vaya en detrimento de su desarrollo.
“Lo que espero de ellos es lo que han visto en la casa; respeto y disciplina hacia sí mismos, porque por lo general, lo que das es lo que te devuelven. Que sean lo que ellos elijan y puedan, siempre que se lo ganen con sacrificio y esfuerzo”.
¿Qué opinas del proyecto del Código de las Familias?
“Creo que es por sobre todas las cosas muy inclusivo, ya que toma en cuenta la diversidad de familias que existen en el país y eso lo puedes palpar diariamente en tu comunidad y a donde quiera que vayas.
“Es respetuoso porque da derechos a todos, no le quita derechos a nadie. Tanto niños como ancianos se tienen en cuenta para que no sean violados ni suplantados sus derechos. “Y también es moderno, muy moderno, pues se pueden observar cuestiones que por lo que leo y advierto en otros lugares del mundo no se dan con tanta claridad como en este código nuestro, al que creo debemos aportar y aprobar, para vivir en una sociedad cada vez más justa, una de las principales aspiraciones que tenemos los cubanos”.
Conozco a Laura del quehacer en el trabajo, muy firme en la palabra y en sus actos, comunicativa y sobre todo familiar, le viene de sus raices, y la gran Coloma requiere de mucha continuidad y amor. Es un logro poder comunicarse y hacerse llegar a los pescadores y trabajadores de la industria, herederos de tradiciones milenarias, y en eso Laura incide con amor y sin descanso. En la direccion fue el relevo tambien de otra mujer dirigente y esperemos que EPICOL mantenga y coseche nuevos frutos con su presencia al frente.