Radialista porque se lo ha ganado a golpe de esfuerzo, sacrificio y vocación. Joven locutor, oficio que ama y defiende a ultranza, comunicador también en la emisora provincial Radio Guamá y presidente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Yusley Izquierdo Sierra posee todas esas responsabilidades y no puede separarse de una y otra.
Dicho así puede parecer sencillo, pero quizá solo él sabe el tiempo que le ha costado superarse, hacer entender que la locución es un arte que se estudia, se improvisa, se crea «porque al estar frente a un micrófono se interpreta lo que otro escribió y hay que ponerle intencionalidad; se trata de hacer un ejercicio, y es también parte de un proceso de creación a partir de líneas e ideas que uno se arma».
Así empieza esta conversación en la que Yusley explica que llegó a la AHS por la radio, por eso cada una forma parte de su vida. «Mi primer vínculo con la Asociación fue por el concurso nacional de la Radio Joven Antonio Lloga in Memoriam, al que asistí por primera vez en 2008. Después participé más de diez años seguidos», cuenta.
Con más de 15 años de experiencia en Radio Guamá explica este joven que los inicios fueron complicados. «Empecé como colaborador en Toque Joven, un proyecto que vinculaba a un grupo de jóvenes con deseos de aprender y hacer radio. Otra escuela fue la revista informativa En torno a, en la que estuve varios años, de seis a ocho de la mañana.
«En los informativos se aprende mucho, uno interactúa con los periodistas en vivo. Fue una etapa que me aportó, sobre todo, para otro tipo de coberturas que vendrían después, en las que uno era el puente entre el oyente y el periodista, entre el periodista y la cabina central».
Pero no siempre Yusley trabajó en la radio, aunque asistió a las clases de locución y empezó con Toque Joven cuando aún cumplía el servicio militar. En 11no. grado había decidido ser trabajador social.
Por eso, recuerda con agrado sus días en el reparto Celso Maragoto y en las prisiones. «Es una etapa que guardo con esmero. Aprendí, para la vida, que las personas pueden cometer un error, y eso no significa que sean malas ni el último eslabón de la sociedad».
De esa época atesora el tiempo que atendió desde la Dirección Municipal de Trabajadores Sociales el programa de personas con necesidades especiales, fundamentalmente los postrados, para quienes había que colegiar los módulos que se les entregaba. «Se trabajaba en conjunto con Comercio y Salud, y era un proceso largo, lleno de trámites burocráticos, pero de mucha sensibilidad».
En 2008 su vida cambió. Decidió irse a la radio a la vez que cursaba, en la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca de Pinar del Río, la carrera de Comunicación Social, de la que se graduó en 2013. «Yo no sabía bien qué cosa era, pero me parecía que tenía que ver con los medios. Al concluir los estudios se crea la plaza de especialista de Comunicación en Radio Guamá.
«Entonces nos dimos a la tarea de hacer los manuales, insistimos en ver el medio como una institución con sus públicos, que forma parte de un sistema de medios. Y ha sido difícil, porque todavía no todos comprenden que la comunicación es un proceso transversal, y una emisora de radio no hace más que producción comunicativa en sí. La comunicación institucional no puede ir aislada de los procesos de gestión editorial», afirmó.
Desafíos del arte joven
Gracias a esa escuela que ha sido la radio para Yusley llegó también la AHS, de la que es su presidente en Vueltabajo desde el año pasado. En ese empeño de vincular radio, arte, juventud y creación, recientemente salió a la luz Cuentos de la abuela, un audiolibro disponible en la tienda Apklis, fruto del financiamiento de la beca de creación El reino de este mundo.
La idea original recayó en Yusley, quien se apoyó en otros profesionales, como ilustradores y programadores, en tanto contó con la maestría y experiencia de Nersys Felipe, escritora vueltabajera, premio nacional de Literatura y de Radio, para grabar cinco cuentos del libro Solo un humito, de su autoría.
La idea era vincular la literatura y la radio a las nuevas tecnologías. La narración en este caso fue de lujo. Es la AHS la que en los últimos tiempos demanda más horas de su día. «Esta es una asociación que, a su juicio, tiene que repensarse en el contexto del congreso.
«Pinar del Río tiene la particularidad de ser la tierra de los Hermanos Saíz. Son de Cuba, pero son nuestros, y eso impone un compromiso y defensa de lo que significa», expresó Izquierdo Sierra, y al referirse a la Asociación en Vueltabajo dijo: «La AHS aquí tiene retos tremendos, hablamos de una provincia en la que la enseñanza artística es muy reducida. Hoy no hay una academia de artes visuales, no hay una formación audiovisual, no se forman periodistas.
«Pasa también con las artes escénicas, y ocurre con el ballet, lo cual es, sin dudas, uno de los reclamos más fuertes desde la asamblea provincial y también de la Uneac, por toda la historia de esta manifestación en el territorio, por lo que ha aportado al Ballet Nacional de Cuba el municipio de Mantua y esta provincia propiamente», acotó el presidente en Pinar y recientemente elegido miembro de la dirección nacional de la AHS.
«Para todo ello hay que ir a La Habana —continuó—, optar por las escasas plazas, y entonces son pocos los que regresan, porque estamos muy cerca y en la capital hay otros atractivos. Lo que podría ser nuestra membresía se ve disminuida por este motivo. Está también la crisis migratoria y la AHS no escapa de ella.
«Tenemos asociados fuera del país por contratos de trabajo; y están los que siendo asociados y viviendo en Cuba han tenido que escoger entre desarrollar su obra o poner un plato en la mesa. Y así los hay pintando
almendrones para vender en la feria, trabajando en una mipyme, vendiendo cosas. Las dinámicas de la vida hacen que ese artista reste tiempo a su creación y a la vez se aleje de la propia Asociación», reconoce el joven radialista.
«El funcionamiento tiene que reacomodarse, señaló. La AHS tiene que crear oportunidades que sean exclusivas para sus miembros. Porque esta es una organización de vanguardia y es necesario que el artista sienta rigor para entrar, pero también que la AHS le ofrece oportunidades y que eso se revierta en los procesos de creación».
Un espacio de creación colectiva
Yusley entiende que la AHS es gremial, no suplanta lo institucional, pero, por ejemplo, precisa, los finaciamientos para becas podrían ser más atractivos y exclusivos para los asociados.
«La máxima tiene que ser apostar por proyectos en los que se vinculen varias manifestaciones; crear espacios para intercambiar, confrontar, y ese es un reto también para la Casa del Joven Creador, que tiene que ser un espacio plural, para todos».
Acotó el joven que hay que ir a las esencias de la AHS, «que no es una empresa comercializadora ni una agencia de representación artística, y tiene que volcarse a la promoción de sus miembros».
Y sobre estos temas, acota, se habló en el congreso: «Era una cita necesaria, en la que quedó claro que hay una vanguardia que quiere seguir creando en Cuba, y que todos los días se sobrepone a dificultades e incomprensiones. Se hace necesario un diálogo más franco y permanente con las instituciones, porque esa vanguardia artística y literaria busca las motivaciones para su obra y quiere aportar a la espiritualidad de la gente».
Hace una última acotación sobre la radio. «Es un medio subvalorado, al que no se le reconocen todas sus potencialidades, por eso El derecho de soñar, la novela cubana que se transmite en estos momentos, es un acto de justicia con ella, con el dramatizado radial, que algún día tendrá que ser reconocido como patrimonio de la nación.
«Cuando estamos bajo los embates de un ciclón, cuando se pierden los datos móviles e internet, cuando no hay electricidad, la radio sigue ahí, acompañando a sus oyentes, transformando una revista musical en una informativa. Solo ella tiene la capacidad para crear esa magia».