Cuba libra batallas en dos frentes: ante la COVID-19 y por lograr suplir la demanda de alimentos de la población en momentos en que tanto la economía nacional como la de los propios proveedores de materia prima, atraviesan una creciente crisis.
La Empresa Pesquera Industrial de La Coloma (EPICOL) responde ante la situación imperante con mayores producciones de conformados para la venta en mercados ideales y bodegas de la red de comercio interior.
Midalys Naranjo Blanco, directora de la entidad, afirmó que “el país ha dado la misión a la empresa, de incrementar las producciones a la población e incrementarlas, pues somos productores de alimentos para exportación y consumo interno”.
La meta propuesta persigue el objetivo de procesar mensualmente 40 toneladas de croquetas y 40 de medallones, cifras que no constituyen especulaciones, sino están basadas en la capacidad real de producción de EPICOL, la disponibilidad del pescado, pollo y harina de trigo; así como de la fuerza de trabajo que labora en la entidad.
Mariolis Díaz, trabajadora de una de las líneas productivas, expresó que todos están comprometidos con el cumplimiento de las metas pactadas para el período; al tiempo que se encuentran en disposición de incrementar el ritmo de trabajo, de cerca de 12 horas, siempre que sea necesario gracias al apoyo de sus familias.
“Elaboramos las masas de croqueta, medallón de pollo y pescado para que el pueblo los tenga en sus hogares”.
ALTERNATIVAS PARA GARANTIZAR PRODUCCIONES
Como parte de la colaboración de diferentes centros de la provincia para garantizar la obtención de alimentos, EPICOL ha implementado contratos comerciales desde enero con la Agropecuaria Militar y Pescario, para la compra de pescado que, junto a los resultados de la captura en La Coloma, suplen en la totalidad la demanda de recursos para el procesamiento de los conformados.
La directora de EPICOL refirió que el mes de abril se espera productivo y que, en las condiciones actuales, el pescado que estaba destinado a sectores cuyo funcionamiento ha sido limitado o suspendido, excepto aquellas especies exportables, tributará también a la producción de croquetas y medallones. Asimismo, señaló que la cantidad extraída del mar, aun dispuesta en la totalidad para el comercio interno, no es suficiente para el expendio de ejemplares enteros a la población; razón por la cual se apuesta por los conformados.
Rigoberto Otaño Acosta, jefe de producción de la Unidad Empresarial de Base de Industrias, señaló como fortaleza en esta situación de paralización de algunos sectores, que la empresa será beneficiada en el suministro de combustible, lo que ha permitido la incorporación de barcos a la pesca.
Naranjo Blanco, por su parte, reconoció que cuentan con el combustible necesario para que la flota salga a operar, mientras la dirección de la empresa se propone potenciar la pesca deportiva para incorporar a todas aquellas personas que no están contratadas con la entidad y pudieran aportar más pescado a la industria.
“Tenemos debilidades en este sentido. Hay lugares con potencial, pero sin estructura creada en las bases de pesca. La Llana y Dimas constituyen ejemplos donde no hemos logrado acercarnos lo suficiente a los pescadores para que se sientan comprometidos con la empresa”, explicó la directora.
La empresa dispone de 23 barcos escameros en cuatro unidades empresariales de base ubicadas en la costa norte y la costa sur y dedicadas a la captura de especies de plataforma. La tripulación total de estas embarcaciones asciende a 500 pescadores que, en 2019, entregaron 94 toneladas de pescado, las cuales esperan incrementar en el presente año.
APORTES QUE LLEGARÁN LUEGO DE LA CRISIS
Como garantía para la recuperación de divisas, objetivo paralelo en el que trabaja el país para ingresar capital a la economía, EPICOL también labora en la preparación de condiciones para retomar la captura de la langosta, rubro exportable que, junto al cobo y el pepino de mar, conforman productos de excelencia de la empresa, vendidos en el extranjero.
“La veda de la langosta comenzó el 15 de febrero y se extenderá hasta el mes de julio. Es todo este tiempo, los trabajadores de los barcos se encargan de reparar las artes de pesca, dar mantenimiento a las embarcaciones y alistarse para la nueva etapa”, puntualizó la directora.
Según declaraciones de la funcionaria, los meses de enero y febrero superaron las expectativas del plan, con la cifra de 401 toneladas, para un 152 por ciento; lo que representa un comienzo vertiginoso cuando, el 1 de julio los pescadores salgan nuevamente a capturar estos demandados crustáceos en las aguas que rodean al occidente cubano.
EPICOL captura aproximadamente un 45 por ciento de toda la langosta exportada por Cuba, lo que representa 22.5 millones de dólares en ingresos a la economía nacional.