No la conozco personalmente, nunca antes había visto su rostro ni sabía de su existencia. Es, sin embargo, una de las imprescindibles, una de esas valientes mujeres, profesional de nuestra salud que, desde la sencillez de los realmente grandes, habla de compromiso, responsabilidad, entrega, con la misma fuerza con la que – estoy segura – se enfrenta cada minuto, hora, día, a la batalla para salvar la vida de los enfermos con COVID-19 en el hospital León Cuervo Rubio de Pinar del Río.
Dialogamos con ella – desde casa y vía telefónica – el pasado primero de mayo, minutos antes que iniciara su visita matutina a la sala donde se encuentran sus pacientes, y desde los primeros instantes supimos que Nora María Lemus Fajardo sentía una emoción especial por lo que significaba estar ante una tarea tan grande en una fecha como esa: el Día Internacional de los Trabajadores.
Luego del saludo y las presentaciones, nos felicitamos e inmediatamente, aseguró: “Este Primero de Mayo es distinto, pero lleno de compromiso. Hasta ahora lo hemos hecho desfilando y con compromiso y en este estamos cumpliendo, demostrando el ímpetu de los cubanos en un momento tan difícil como el que está viviendo nuestro país”.
Es difícil imaginar el ajetreo diario, la preocupación tremenda con la que se amanece – o más bien – se continua una nueva jornada en un centro asistencial en el que, nos diría la doctora Nora María, se encontraban entonces un total de 51 personas hospitalizadas, 28 sospechosos y 23 confirmados, de ellos cuatro niños con la COVID-19. Pero ella agrega sin titubear: “Hoy estamos motivados a realizar nuestra labor, cumpliendo lo que siempre hemos prometido y hemos dicho que vamos a hacer, demostrando la valía de los cubanos y la valentía de los médicos, enfermeros, trabajadores de servicios. Aquí todos amanecimos cantando nuestro glorioso Himno nacional, aplaudimos y no sentimos emocionados porque nos ha tocado una labor muy bella y cumplir con nuestro verdadero rol”.
¿Que ha representado para usted estar en esta tarea?, le insisto. Y vuelve entonces a hablar de “nosotros”.
“Esta es una tarea que la ha compartido todo el personal de la salud de la provincia y del país. Una tarea que nos ha ayudado a sentirnos más realizados, una experiencia inolvidable. Yo llevo unos años de graduada y estoy con un equipo de muchachos jóvenes que todos están cumpliendo. Estamos un tanto temerosos, pero cuidando nuestra línea, nuestras normas de bioseguridad. En el día de ayer nos realizaron a todo el equipo de trabajo el test rápido para detectar la COVID-19 y resulta que ninguno de los trabajadores de este hospital que está inmerso en esta tarea, está contaminado. Se ha cumplido con las normas”.
Los instantes siguientes de nuestra conversación, resumirían, sin pretenderlo, una mezcla de confianza, fortaleza y dolor; esa que al fin y al cabo deben sentir todos los que han estado ya o estarán ante el gesto altruista de salvar vidas, aún a riesgo de la propia y poniendo por encima de sí y de los más allegados, los más nobles sentimientos que ha gestado una sociedad como la nuestra.
“Nos queda un poco de tristeza y quizás un poco de nostalgia por los seres queridos, nuestros hijos, nuestros padres y demás familiares pero cuando llegamos a una sala y encontramos un niño pequeño con un nasobuco puesto, vemos a todas esas personas que también están aquí aislados solos, amenazados por la enfermedad y otros ya enfermos, sentimos que es necesario que estemos aquí. Que nuestros familiares están cuidados, están respaldados.
“Realmente nosotros somos los familiares de los pacientes enfermos, vemos en ellos a nuestros hijos, nuestros padres, hermanos y por eso, aunque en ocasiones tengamos un poco de nostalgia nos sentimos orgullosos de cumplir esta tarea. Y aquí estamos, ya le digo, un poco nostálgicos a veces, pero cuando vemos la tarea que estamos cumpliendo nos llena de amor y toda esa nostalgia pasa porque el compromiso es más fuerte que la nostalgia”, me dice.
Un mensaje al pueblo cubano y a los trabajadores del mundo, a sus colegas y familiares le pido, y de nuevo resalta su voz inquebrantable de Mariana de estos tiempos: “A los trabajadores del mundo los felicito, porque esta fuerza pujante que tenemos en todos los niveles, en todos los países, merece una felicitación. A todos los cubanos los exhortamos a que se cuiden, a que se aíslen, a que cumplan las normas para pasar este triste momento que tenemos que usted verá que va a pasar. A nuestros familiares y amigos les damos las gracias, en realidad a todo el pueblo por las muestras de solidaridad que nos han dado.
“Nosotros estamos aquí. Cumpliremos, cumpliremos porque todo el pueblo de Cuba lo merece. Por tanto, les pedimos que tengan mucho cuidado y les damos las gracias por todo lo que nos han ayudado”.