El centro pedagógico Rafael Ferro Macías, del municipio de Sandino, mantiene sus prestaciones en el actual escenario de la COVID-19. Ahora como Hospital Pediátrico de Campaña Regional para los municipios de Sandino, Guane, Mantua, San Juan y Martínez y San Luis.
Por indicación de la Dirección Provincial de Salud, en coordinación con las organizaciones políticas y de gobierno se creó este hospital de campaña para niños de edad pediátrica entre dos y 12 años que constituyan bajo riesgo después de estar positivos a la enfermedad.
De cómo se asume el protocolo con los infantes y sus madres nos ofrece detalles la doctora Madelayne Rodríguez Rojas, directora de la entidad:
“Aquí tenemos niños que no tienen riesgos mayores, como cardiópatas, diabéticos y con patologías oncológicas. En estos momentos en la institución hay 30 menores de Guane, Sandino, Mantua, San Juan y San Luis. Estos infantes, igual que sus madres –quienes también entran como positivas– reciben el tratamiento con Interferón Alfa 2 Beta como establece el protocolo. Se le hace revisión y seguimiento de los síntomas y cuando se procede al alta tienen que estar 14 días en cuarentena en la comunidad con seguimiento por el área de Salud y el Sistema de Atención Primaria”.
Garantizar que los niños hospitalizados no evolucionen a las formas graves de la enfermedad es uno de los mayores desafíos. En este afán, el personal médico y de enfermería asume un inmenso compromiso, así lo expresa la especialista de primer grado en Pediatría, doctora Marisol Gómez Ramos:
“Nuestra función es la evaluación del triángulo evaluativo pediátrico que incluye tres elementos: el aspecto general del niño, el sistema circulatorio y el respiratorio. El pase de visita lo hacen pediatras de Sandino, Guane y Mantua. Vemos los que ingresan nuevos, el día anterior los enviamos a Sandino a que pasen por rayos X de tórax, examen de laboratorio, allí son evaluados por especialistas y se decide si se quedan aquí o se remiten al Pediátrico Provincial. Los 30 pacientes evolucionan satisfactoriamente, solo tenemos una con faringoamigdalitis bacteriana”.
El papel que juega la enfermera es decisivo en la atención a los pacientes de COVID-19, si son de edades pediátricas, cobra un nuevo valor. Para Orideisis Valdés Zayas, enfermera superior, su rol radica en “hacer que se cumplan las medidas higiénico-sanitarias y las de bioseguridad como el uso del hipoclorito y el nasobuco. Hacemos la evolución de la enfermería tres veces al día y estamos pendiente de cada paciente, somos el ojo visor del médico”.
Más allá de las limitaciones, el colectivo se empeña en la búsqueda de satisfacción y bienestar de todos. Se encargan de la alimentación y la higiene de cada local, saben de la valía de su esfuerzo, por eso para Alexis Berneda, trabajador de limpieza, lo más importante es lograr que el Hospital Pediátrico se mantenga impecable.
Para Geri Luis Azcuy es un gusto que la escuela se haya convertido en un hospital pediátrico. “Aquí tenemos que sacar sonrisas aunque sea debajo del nasobuco. Eso nos hace sentir felices, ya han vivido bastante con saberse positivos a la enfermedad, por eso cuando alguno se va de alta, se disfruta. Saber que han negativizado el virus es el mayor premio”.
Como un trofeo, considera Madelayne, la directora, que deviene la risa de los niños, de las madres y padres que viven días aciagos con esta pandemia que se ha afanado en trastocar todo, especialmente la vida humana.
El agradecimiento eterno a los hombres y mujeres de batas blancas no demora y los padres solo tienen palabras hermosas como incentivo para seguir adelante.
Tal es el caso del sanjuanero Yosvany Fonte. Su hija, el día de nuestra entrevista, llevaba tres días en ingreso. Ambos son positivos y da gracias poder contar con personal médico altamente calificado, sensible y atento que se afana por hacer más llevaderas las horas complejas que les ha tocado vivir.
Parafraseando al poeta Rubén Darío: “La risa de un niño es como una música de la infancia”. Se trabaja en este hospital de campaña Rafael Ferro Macías para que aflore la alegría infantil y cada rostro muestre esperanza y vida.