El sector agropecuario en Cuba avanza hoy con un nuevo modelo de gestión para garantizar la soberanía alimentaria y nutricional de la población, aseguraron autoridades de la Agricultura y la Industria Alimentaria.
Los titulares de esas carteras, Ydael Pérez y Manuel Sobrino, respectivamente, analizaron este martes el impacto de las 63 medidas en la agricultura, los resultados en los inicios de año de la producción de alimentos y su industrialización.
En la implementación de esas acciones coincidieron en que los productores reconocen su utilidad y oportunidad, la rapidez con que enmiendan errores, obstáculos y desviaciones, y el trabajo de todas las instituciones del Estado que intervienen en la producción y comercialización de los productos agropecuarios e industrializados.
En este propósito de dinamizar e incentivar ambos sectores el país atraviesa uno de sus momentos más críticos en cuanto a materias primas, insumos, fertilizantes y combustibles, debido a los efectos del bloqueo económico recrudecido por Estados Unidos, precisó el ministro de la Agricultura.
Al respecto mencionó que se garantizan las fuentes externas de financiamientos a través de créditos externos en 73 proyectos de colaboración internacional, por valor de 165 millones de dólares a ejecutar en los próximos seis años.
En ese sentido se trabaja en tres pilares fundamentales en relación con la adquisición de divisas: créditos externos, proyectos de colaboración internacional y la inversión extranjera y a lo interno se creó la Banca de Fomento y Desarrollo Agropecuario, la cual en 2021 otorgó créditos por mil 427 millones de pesos.
Por su parte, Manuel Sobrino resaltó que Cuba adoptó en 2021 un paquete de 63 medidas para propiciar el desarrollo agropecuario.
Señaló que varias de ellas tienen impacto en la industria alimentaria al referirse a renglones que sirven de materia prima y otros priorizados como la leche que reciben más de un millón 200 mil niños y casi un millón de dietas médicas a precios subsidiados.
Entre ellas, significó la realización de contratos más realistas con cada uno de los productores y que se apliquen con mayor rigor, el incremento del precio de la leche vendida a las plantas procesadoras, las bonificaciones por sobrecumplimiento en algunos renglones y las penalizaciones por incumplimiento de lo previsto, entre otras.
La prioridad de nuestro sector es que haya un verdadero aumento de las producciones, dijo el ministro, quien aludió además a los retos que representan las transformaciones en la industria, la atención directa a los productores y el pago diario a estos.