Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, evocó hoy la vida y obra del poeta y revolucionario cubano Rubén Martínez Villena, a propósito del aniversario 89 de su muerte.
En su cuenta oficial en Twitter, el mandatario recordó que tras el fallecimiento del destacado intelectual, a la temprana edad de 35 años, sus restos mortales fueron velados en el Palacio de los Torcedores, y el cortejo fúnebre se convirtió en gran manifestación de duelo popular.
“Día de homenaje a un grande de las letras y de la Revolución en #Cuba: Rubén Martínez Villena, comunista, abogado, poeta y líder de la revolución del 33”, escribió Díaz-Canel en otro mensaje donde afirmó que su obra inspira.
Día de homenaje a un grande de las letras y de la Revolución en #Cuba: Rubén Martínez Villena, comunista, abogado, poeta y líder de la revolución del 33. Roa lo definió cómo «la esperanza más alta y más noble de la juventud cubana». Su obra inspira. pic.twitter.com/yJXvcaTLYy
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) January 16, 2023
El jefe de Estado también resaltó que Raúl Roa, intelectual revolucionario conocido como el Canciller de la Dignidad, definió a Villena como la esperanza más alta y más noble de la juventud cubana.
Rubén Martínez Villena (el 20 de diciembre de 1899 – 16 de enero de 1934) con 23 años se inició en las luchas políticas, como uno de los protagonistas de la Protesta de los Trece (1923), ejecutada por un grupo de jóvenes intelectuales que irrumpieron un acto oficial presidido por un corrupto funcionario del gobierno de turno, e imputaron su falta de autoridad moral.
Villena, para entonces graduado en Leyes en la Universidad de La Habana, iniciaba una carrera literaria y comenzaba a ser reconocido como uno de los poetas más importantes de su generación, con poemas como La pupila insomne, El gigante, Insuficiencia de la escala y el iris, y El anhelo inútil.
En pocos años su pensamiento revolucionario se radicalizó y durante la lucha contra la dictadura de Gerardo Machado fue, junto a Julio Antonio Mella, una de las figuras más destacadas del movimiento comunista.
Padecía de tuberculosis, y pese a su delicado estado de salud, dirigió la huelga general de agosto de 1933 que coadyuvó a la derrota de la tiranía de Machado.
Durante los últimos meses de su vida, se dedicó desde el hospital a orientar reuniones del Partido Comunista y organizar el IV Congreso Nacional Obrero de Unidad Sindical, durante cuyas sesiones falleció.