Cuidar de una mascota familiar es una gran experiencia de aprendizaje para los niños, puesto que les enseña responsabilidad, el trato amable y el respeto por los seres vivos.
Al igual que los adultos, los niños se pueden beneficiar también de la compañía, el cariño y la relación que comparten con sus mascotas. Las mismas pueden enriquecer la vida familiar y si se adopta una serie de precauciones se puede proteger a los niños de las enfermedades que ellas transmiten, lo cual debes de iniciar antes de que esta llegue a casa.
Por ejemplo, no se debe permitir la presencia de reptiles ni de anfibios en una casa donde vivan bebés y/o niños pequeños. Consideren también el estado de salud y la edad de sus hijos. Una mascota que requiera que la manipulen frecuentemente no es recomendable para ningún niño inmunodeprimido.