Para el imaginario colectivo, la representación de la Psicología está anclada al servicio de ayuda y consejería, manejo de ansiedad y estrés, habilidad para comprender y aceptar todo lo que escape de la normalidad, terapia para la felicidad. Los psicólogos están todos locos, leen el pensamiento, no se deprimen y tienen hijos malcriados, son algunos juicios de sentido común que han rodado hasta crear un perfil que la sociedad usa como tarjeta de presentación.
Probablemente con esos estereotipos entramos a estudiar Psicología y salimos, revolcados por el enfoque histórico-cultural, con una verdad que se acuña para el gremio cubano como pacto de cofradía: conocer la subjetividad es la misión y transformarla para el bienestar, el destino.
En 1965 se graduaron los primeros en la Universidad Central Martha Abreu y, desde entonces, comienzan ciencia y profesión a itinerar por unidades docentes y de Salud, ministerios, empresas, medios de comunicación, prisiones, equipos deportivos, gobiernos, unidades productivas y de servicios, centros de investigaciones, asociaciones, grupos culturales y proyectos de creación.
La sociedad, sus grupos y gente son motivo de desvelos, tesis, publicaciones, pan de cada día, horas de debate entre colegas, eventos y celebración cada 13 de abril, en honor al nacimiento de Enrique José Varona, destacado pedagogo cubano, cuya impronta educativa quedó en la psicología cubana de todos los tiempos, más allá del campo donde ella se luzca, dígase clínico y de la salud, empresarial, educativo o social comunitario.
Este año, aun en la distacia obligatoria, sobran razones para reivindicar una práctica profesional que ha estado a la vanguardia en el combate contra la COVID 19 y otras hostilidades coyunturales. Hasta dos de ellos llegó Guerrillero para leer, en sus palabras, el esfuerzo de la comunidad de psicólogos en Pinar del Río.
LA PSICOLOGÍA FRENTE AL CORONAVIRUS Y SUS SECUELAS
Zoraya Coro Carrasco es Máster en Psicología Clínica, profesora auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas y jefa del departamento de Psicología del Hospital Pediátrico. “Con la llegada del coronavirus nos concentramos en la prevención, llevando el mensaje educativo a los diferentes servicios del hospital hasta que, a finales del 2020 se incorporan los niños con PCR positivos (hasta entonces ingresados en el León Curvo Rubio) y la atención diferenciada fue orientada, por vía telefónica, al personal de asistencia directa”, contó antes de entrar en materia.
Sus mayores contribuciones han estado en la orientación a los padres para el manejo del universo infantil en condiciones de confinamiento. Según la investigación que realizaron en el Pediátrico y áreas de salud, hay estrés de la familia por los cambios de comportamientos y horarios en los niños, el retraimiento, la adicción a las tecnologías, desmotivación con la escuela y el estudio y, para el caso de los adolescentes, incertidumbres con el futuro.
La experiencia del último año se ha convertido en desafío y preocupación para el equipo que dirige. “Hay muchos pacientes en consulta de todas las edades. Nos alarma la situación actual de los servicios de psiquiatria infantil, sobre todo los indicadores del programa de atención al suicidio. Se destacan los trastornos del sueño, presencia de ansiedad y de irritabilidad en los más pequeños por la imposibilidad de juego y socialización”.
A estas señales muchas familias responden con agresividad, enrojeciendo los índices de violencia. “Mantener las rutinas de vida, crear actividades nuevas, acompañar al niño en la organización del tiempo, enseñarle los protocolos de autocuidado, son temas recurrentes en el trabajo que hacemos. Confiamos en que la Psicología, nuestra planificación de trabajo y voluntad por la calidad de vida, sean impulsos para que las personas recuperen felicidad, que es recuperar salud”, alegó esperanzada.
PSICOLOGÍA PARA EL CAMBIO DE MENTALIDAD
Por su parte, la apuesta del Doctor en Ciencias Psicológicas Javier Reyes Hernández camina por la senda de la Psicología Laboral, en el estudio de fenómenos socio-psicológicos presentes en instituciones y empresas de la provincia, que aportan pautas para la transformación de trabajadores y directivos, con repercusión directa en el rendimiento.
“Nuestra ciencia aporta a las investigaciones sobre el liderazgo, comunicación, relaciones interpersonales, trabajo en equipo, clima laboral, cultura organizacional, seguridad y salud en el trabajo, entre otros”, explicó.
En la actualización del modelo económico y social, otra de las tensiones del momento, sus contribuciones son de importancia medular para fomentar en las empresas modos de gestión innovadores, flexibles, que incentiven la creatividad, autonomía y el desarrollo local endógeno.
“Constituye un imperativo desarraigarse de modelos económicos centralizados y enfocarse en alternativas sostenibles, buenas prácticas para potenciar las exportaciones, reducir importaciones y satisfacer demandas del mercado interno, para lo que se precisan trabajadores autorrealizados y jefes más abiertos a la participación en la toma de decisiones. Hay mucha ciencia en función de ello, y creo que la Psicología Organizacional tiene armas potentes, sobre todo para aportar al cambio de paradigmas en los modelos mentales de algunos directivos”, dijo el también profesor titular de la Universidad de Pinar del Río.
Como docente, otra de sus pasiones, confesó: “Soy muy cuidadoso con el trabajo en la formación de los jóvenes, sobre todo lo relacionado con la convergencia de valores y el desarrollo del sentido humanista para que sean personas de bien, comprometidos con su país y tiempo”.
LO COMÚN EN LO DIVERSO
Madurez y energía, en dosis exquisita, se combinan en estos consagrados al estudio de la subjetividad individual y colectiva, a pesar de incidir en diferentes campos. Ambos han formado psicólogos en Pinar del Río y a otros profesionales de las ciencias sociales y de la salud.
En el dificil año 2020 se lanzaron, junto a otros colegas, a ensayar soluciones de acompañamiento especializado a la población para mitigar los efectos en la salud mental a través de una consultoría online que instalaron, mantuvieron y divulgaron con iniciativas y esfuerzos propios.
Zoraya y Javier son referentes para conocidos jóvenes y contemporáneos por la forma en que sienten, piensan y hacen la Psicología. Ni locos, ni hijos malcriados, ni lectores del pensamiento ajeno. Si algo reafirman como profesionales no son los arcaicos estereotipos, sino la certeza de que la realidad es transformable.
Consultoría online: Bienestar psicológico en tiempos de distanciamiento físico