Este fin de año en Cuba las celebraciones serán en casa sin abrazos ni besos a los seres queridos y amigos, para evitar la indeseada propagación de la pandemia de la COVID-19 y como recomendación higiénico-sanitaria, es preferible no tener invitados y hacer los saludos virtuales.
Hay que continuar con el distanciamiento físico, el uso de la mascarilla y el lavado frecuente de las manos como medidas profilácticas ante el ataque del virus silencioso.
Podemos cenar con los platos típicos sin aglomeraciones y cuidando a los más vulnerables, los adultos mayores.
Está demostrado que el hacinamiento provoca eventos que nos ponen en cuarentena y en riesgo ante la enfermedad. Y que la imprudencia de visitar a los más viejitos los condena a un hospital, por lo que una video llamada, una tarjeta de felicitación o un beso a distancia es garantía de salud y vida.
Alegrar la casa y adornar la cuadra con banderas, plantas ornamentales y escuchar música da un ambiente festivo para manifestar la alegría de que vencimos bajo las presiones de la pandemia, las incomodidades de las colas, las presiones desestabilizadoras imperiales, y demos un sí con aplausos a las 12 de la noche por el advenimiento del año 63 de nuestra Revolución.