De las tres ocasiones en que Pinar del Río ha merecido la sede del acto central nacional por el Día de la Rebeldía Nacional, fecha que conmemoramos el 26 de julio, en dos de ellas el Comandante en Jefe Fidel Castro nos acompañó.
La primera de ellas fue en 1976, la provincia había dejado de ser la Cenicienta de Cuba y ostentaba resultados en todas las esferas de la vida económica, política y social, que demostraban la valía de la Revolución en el poder.
En ese XXIII Aniversario del histórico asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, Fidel Castro dijo:
“Es mucho el trabajo que tenemos todos por delante. Y en esta provincia es mucho todavía, pero mucho lo que se necesita desarrollar. Es grande la batalla a librar con la naturaleza, grande el esfuerzo para reconstruir los bosques esquilmados por el capitalismo, por controlar y embalsar las aguas, por desecar las áreas pantanosas, para llevar el regadío a las mayores extensiones posibles, para continuar desarrollando la producción tabacalera, mejorando no solo en cantidad, sino también en calidad. Hay posibilidades de nuevos centrales azucareros en esta provincia, que será necesario construir en tiempos futuros; hay posibilidades mineras que se están estudiando y que son prometedoras; hay muchos recursos naturales, y entre ellos la geografía y la belleza de esta provincia, que permitirán en el futuro un mayor desarrollo del turismo”.
“A ustedes, los pinareños, permítannos trasmitirles la extraordinaria impresión que hemos recibido en el día de hoy, y darles las gracias por el recuerdo que llevaremos siempre del entusiasmo, de la seriedad, de la disciplina, del calor con que han conmemorado este 26 de Julio”.
Hoy, en 2020, que el mundo está abocado a las puertas de una crisis sanitaria, que Cuba ha enviado brigadas médicas a más de una veintena de países para luchar contra la Covid 19, es saludable recordar a nuestro Comandante en Jefe cuando ese mismo histórico 26 de julio de 1976 dijo en estas tierras:
«Pero nadie crea que un pueblo pierde algo cuando ayuda a otro. Cuando un pueblo ayuda a otro, no pierde, sino gana. Un médico como los que hemos tenido ejerciendo la medicina en Argelia, o en Yemen, o en Tanzania, o en Somalia, o en Angola, con ello no pierde el país, gana, gana un profesional que se hace más consciente, que se hace más revolucionario.» Nuestro país no perdió nada con los 900 obreros de la construcción que fueron a Viet Nam; ganamos con ello. Hoy esos obreros constituyen núcleos entusiastas y magníficos de nuestras construcciones.
Las mujeres médicas participan a la par que los hombres en las tareas internacionalistas, como ocurre con las cubanas todas. Por esto, en su discurso por el Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo de 1980, el presidente Fidel Castro dijo:
«Cuando se habla de internacionalismo y del espíritu internacionalista de las mujeres cubanas, a mí me venían a la mente dos ejemplos: el ejemplo del Destacamento Internacionalista «Che Guevara», que está enseñando en Angola, integrado en gran parte por mujeres. Pero otro ejemplo que está más cercano, el de los 1 200 maestras cubanas que están dando clases en Nicaragua, que han ayudado a crear cientos de nuevas aulas y que fueron a dar clases, no a las ciudades, sino a los más apartados rincones del país.»
Para el año 2000, cuando el país estaba inmerso en la Batalla de Ideas, vuelve a recaer en Pinar del Río la sede de la celebración por la emblemática efeméride. El 5 de agosto, ratificó desde estas tierras el camino indestructible de la independencia y la dignidad patria, cuando envío a los vecinos del Norte el siguiente mensaje:
“Desde aquí, desde esta provincia donde el Titán de Bronce culminó en Mantua su colosal hazaña de la invasión que iniciara en los Mangos de Baraguá, les respondemos: ¡Necios! ¿No comprenden que Cuba es inexpugnable, que su Revolución es indestructible, que su pueblo no se rendirá ni se doblegará jamás? ¿No se percatan de que las raíces de nuestro patriotismo y nuestro internacionalismo están tan arraigadas en nuestras mentes y nuestros corazones como los imponentes mogotes pinareños de roca ígnea lo están en las entrañas volcánicas de esta parte de una isla que se llama Cuba, rodeada hoy por la aureola de haber resistido invicta casi 42 años de bloqueo y agresión por parte de la potencia más poderosa que ha existido jamás?”
“La Revolución Cubana no sólo confía en la integridad moral y la cultura patriótica y revolucionaria de su pueblo y en el instinto de conservación de la especie humana, amenazada en su propia supervivencia; cree y confía también en el idealismo tradicional del pueblo norteamericano, al que sólo pueden conducir a guerras injustas y agresiones bochornosas sobre la base de groseros engaños”.
“Nos defiende la fuerza de nuestro prestigio y nuestro ejemplo, el acero indestructible de la justicia de nuestra causa, el fuego inapagable de nuestra verdad y nuestra moral, la doble e inexpugnable trinchera de piedra y de ideas que hemos erigido”.
“Pinareños, acreedores al merecido honor de ser sede para la conmemoración del 47 Aniversario del 26 de Julio”.
Hoy, que celebramos el 67 aniversario del importante suceso, nos parece muy atinado revivir palabras de Fidel pronunciadas desde acá, una tierra que ha sabido ser no solo digna sede, sino también excelente anfitriona.