Era el año 1987 y Cuba jugaba su último partido ante Estados Unidos, el quinto duelo del tope bilateral que serviría de preparación para los Juegos Panamericanos de Indianápolis y Rogelio García Alonso lanzaba por la representación nacional.
El derecho de Pinar del Río tiró tremendo juego ese día frente a los estadounidenses y la selección de béisbol de Cuba ganó ese juego y el tope con tres triunfos. Una vez culminado el desafío, Fidel compartió con los integrantes del equipo cubano.
Fidel le comentó a Rogelio García: ‟Ahora a bañarse con agua caliente para refrescar, luego de esta tremenda actuación”. Sin embargo, quizás para sorpresa del líder de la Revolución, recibiría una respuesta diferente, pues El Ciclón de Las Ovas le dijo: ‟Perdone, Comandante, en los baños lo que hay es agua fría de los tanques, nada de eso de agua caliente”.
No pocos problemas traería ese planteamiento para el estelar lanzador pinareño con las principales autoridades del Inder y la Comisión Nacional de béisbol en esa etapa, e incluso se llegó a amenazar al veloz serpentinero con su expulsión del equipo Cuba, por tomarse la facultad de exponerle tal situación a Fidel.
‟Claro, dice Rogelio, a partir de ese momento se acabó el agua fría y estancada para el baño en el ‘Latinoamericano’ y se debe a mí y, por supuesto, al Comandante en Jefe, que no defraudó a los atletas y nos ayudó a solucionar ese problema”.
‟EL ZURDO CHIQUITO QUE TIRA DURO”
No hay dudas que Omar Ajete ha sido el mejor lanzador zurdo de la pelota en Pinar del Río, los números con los diferentes equipos de la provincia y con la selección nacional lo avalan para tal calificativo.
Más de 13 temporadas con el Cuba y alrededor de 20 años en la élite del béisbol cubano hicieron que el natural de San Juan y Martínez conociera a Fidel Castro y más de una anécdota guarda con cariño.
Ajete, sin muchos ambages y emocionado, cuenta que en ocasión de la preparatoria para los Panamericanos del ’87 se reunió Fidel junto al equipo de béisbol en la Sala Universal del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y en ese encuentro le preguntó a Pineda: ‟ ¿Dónde está el zurdo chiquito que tira duro?”
‟Entonces –continúa Ajete‒ le extendí la mano y efusivamente me saludó y me repitió dos o tres veces que había que ganar en Indianápolis, recuerdo que yo intentaba retirar la mano y Fidel me la agarraba, es algo que nunca olvidaré”. Precisamente, el zurdo de Las Verbenas lanzaría un relevo épico en la final frente a los estadounidenses, cuando trabajó cuatro entradas completas y se llevó la victoria que significó el título para Cuba.