Para los años que vienen, dentro de dos décadas quizás, en las aulas encargadas de formar médicos, enfermeras, tecnólogos, asistirán un grupo de jóvenes, quienes seguro contarán a todos que sus primeras motivaciones por la medicina, afloraron en los salones de la casita infantil “Futuros Galenos” del Hospital Pediátrico “Pepe Portilla” (HPPP), de Pinar del Río, un espacio que hoy renace para garantizar el bienestar de quienes son la esperanza del mundo.
Desde ahora, multitud de colores y formas decoran el espacio que será su casita de verdad, en una versión más amplia de familia, todos los pequeños, con sus titas, desandarán los caminos que pudieran ser, en un futuro, su elección de vida: la medicina.
PUNTO DE PARTIDA
El Ministerio de Salud Pública, en relación con el programa de adelanto a la mujer, indicó la creación en instituciones hospitalarias de casitas infantiles que siguieran el mismo objetivo de los círculos tradicionales, así surgió esta que hoy abre sus puertas, en un principio, a más de una veintena de niños, hijos de trabajadores del HPPP, quienes esperaban por ubicación.
Informó Mayté Cabrera Hernández, directora del centro, que contaban con el espacio para encaminar la iniciativa, un local que en años precedentes también funcionó con este fin de acoger a los niños, pero después se transformó en salas de hospitalización, para atender a pacientes convalecientes de la Covid 19 y de dengue. Luego del paso del huracán Ian, permanecía cerrado y para satisfacción de todos, cobró vida con el fin de engendrar alegría desde sus pasillos.
Mediante solicitudes escritas, los trabajadores del HPPP optaron por la matrícula, una vez concluido este proceder, se ofertarán las restantes plazas a salud pública y las mismas serán distribuidas a otras instituciones del sector o a madres de la zona que necesiten capacidad.
La casita está estructurada con dos salones, uno para niños de segundo y tercer año de vida y el otro, para cuarto y quinto, “según las peculiaridades de cada pequeño serán intencionadas las actividades, no importa que estén juntos, así aclaró Lizandra Gómez Gigato, la educadora del último ciclo.
Cuenta también con baños acondicionados, con sus duchas, inodoros pequeños, agua caliente; las peineteras, paños y cepillos individuales, todo según las tipicidades de cada infante, aseguró José Reynaldo García Pérez, subdirector administrativo.
Además, aislada de los espacios didácticos, estará la cocina para la recepción de los alimentos y la higienización de los utensilios, un área para la superación de las educadoras, el comedor para adultos, un huerto y un reservado para aquellas madres que aún lacten a sus niños, puedan hacerlo sin dificultades.
PARA QUIENES MERECEN AMOR
La trascendencia y utilidad de la casita infantil fue destacada por Dora Garrido Reinoso, jubilada, anteriormente se desempeñó como directora del Círculo Infantil “Adela Azcuy” del municipio cabecera, quien garantizó que desde esta nueva inspiración, perseguirá el mismo objetivo de todos sus años de trabajo, “no es cuidar, es educar, que los niños estén tranquilos, que tengan un entorno emocional positivo y que aprendan”.
Ella confesó: “este es el amor mío”, y apostó por seguir detrás de los pasos de los niños porque, además de la voluntad, le queda el conocimiento de lo que hizo por más de 30 años, y ¡lo hace bien!, fue el criterio de todos los que, desde el principio, la acompañaron a poner la primera piedra.
Rectorar y ofrecer lecciones metodológicas será su función de ahora, adiestrar a las nuevas generaciones que ídem, llevan en la piel, el deseo de amar.
Desde hoy, ocho titas, tres educadoras y las otras auxiliares, todas mujeres, tendrán en su haber la responsabilidad de impartir los programas docentes concebidos para ese nivel de enseñanza y aumentar, a la par, las fantasías en esta versión reducida de círculo infantil.
A criterio de José Reynaldo García Pérez, ellas no tienen fronteras, muestran mucho interés en recrear para los niños, desde su propio arte, los juguetes y adornos para cada salón.
Es este un logro posible gracias a la voluntad de todos los trabajadores del HPPP, del sector educacional y de quienes intervinieron en la ejecución del proyecto, así lo aseguró Cabrera Hernández, quien dio un especial reconocimiento a todas las mujeres que, desde la inventiva de sus manos, vinieron desde otros centros del municipio y crearon los medios de enseñanza y demás artículos que permitirán desarrollar con calidad el proceso de enseñanza-aprendizaje.
“Pero el principal rol sería soñar en que estos niños que vengan aquí, sean médicos o enfermeras, los veremos andar por estos pasillos con sus batas blancas, sus cofias, sus esfigmos y estetos, idealizando ser como sus padres”, dijo el director administrativo
De igual forma señaló como ventaja para esta casita infantil, contar con cocineros especializados en la nutrición de los infantes, por el hecho de radicar, específicamente, en una institución de salud para edades pediátricas.
“A su vez, esta oportunidad barrerá con los elevados costos de los cuidos y con las ausencias de madres a sus trabajos por falta de una plaza en un centro de este tipo”, acotó.
Por su parte, Cabrera Hernández, explicó que está estipulado que el consultorio médico más cercano atienda a cada casita creada, sin embargo, esta tiene la peculiaridad de tener a un equipo multidisciplinario a su favor, todo el personal médico del centro hospitalario estará al cuidado de las urgencias de sus niñas y niños.
Los salones serán aireados por sus grandes ventanales, pero más aún, circularán en ellos las alegrías y los buenos corazones de quienes nacieron para ser felices.