Son 15 las comunidades enclavadas en los casi 284 kilómetros cuadrados que comprende el Geoparque Viñales, único existente en Cuba, propiciar el bienestar económico y espiritual de los residentes en esos asentamientos es uno de los objetivos de la administración de dicha entidad.
Reconocido desde 1979 como Monumento Nacional y 20 años más tarde como Patrimonio de la Humanidad, en la categoría de Paisaje Cultural, primero del continente americano con dicha condición, el valle y poblado de Viñales demandan de un riguroso manejo de sus recursos.
Desde el 2001 fue creado un Parque Nacional en esa zona, otra vez transcurrieron dos décadas hasta que alcanzó su actual clasificación, la que, según Ricardo Romero Miranda, especialista principal y subdirector del Geoparque, hace justicia al valor geológico de la región.
Puntualiza que las precedentes reconocían el paisaje, los sistemas de cultivo, prácticas ancestrales y la arquitectura entre otros atributos, pero ahora todo se integra, “no se puede hablar de biodiversidad sin tener en cuenta el sustrato”,
Añade que uno de las mayores riquezas del área está en el complejo de vegetación de mogote, con alto grado de endemismo y adaptación al medio ubicada sobre formaciones calcáreas, emergidas del mar y la nueva condición registra ese elemento.
Sin embargo, para él lo más significativo es que dicha categoría presupone que el manejo de gestión integrada, tiene como primer propósito el bienestar de los habitantes a través de maneras de hacer asociadas a la geo conservación.
ARTICULACIÓN
El territorio cuenta con una estrategia integral de desarrollo hasta el 2030, aprobada en el 2018 por la Asamblea Municipal del Poder Popular (AMPP) la que es actualizada cada año en consonancia con los intereses públicos, conciliados y articulados con la concepción de desarrollo socioeconómico del país, a partir del máximo aprovechamiento de las características y potencialidades específicas, con un remarcado enfoque hacia la sostenibilidad, como pilar de la eficiencia en la producción de bienes y servicios.
Esta renovación la convierte en una plataforma dinámica y evolutiva, a ella se incorporaron los resultados del proyecto Ecovalor, que arrojó el modelo de ordenamiento ambiental, importante herramienta para la toma de decisiones especialmente en busca del autoabastecimiento alimentario de sus más de 25 mil habitantes y foráneos que llegan a estos lares.
Con un amplio patrimonio boscoso, la explotación de los mismos es una prioridad y a actividades tradicionales – extracción de resina de pino y elaboración de carbón- se suma la revitalización de prácticas productivas como la cría extensiva de cerdos criollos, aprovechando el ecosistema pino-encino.
A tal fin responde el proyecto Cien Pinos, financiado por la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), su ejecución la asumen el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y la Estación Experimental de Pastos y Forrajes (EEPF) Indio Hatuey, mientras que por las localidades comprendidas dentro de dicha experiencia fungen como coordinadores los Centros Universitarios Municipales (CUM).
El doctor en ciencias Isyoel Urrutia Hernández, director del CUM Viñales señala que contribuye al rescate de sistemas agropecuarios forestales, permite el manejo sostenible del ecosistema y tributa a la implementación del programa de autoabastecimiento territorial.
La premisa es la ceba de los animales a partir del consumo de la bellota de los encinos y otros alimentos disponibles en los bosques, lo que dota la carne de un sabor peculiar, a la vez incide en la preservación de prácticas culinarias dada la alta preferencia de los cubanos por el cerdo en las diferentes presentaciones.
Más de un centenar de campesinos están insertados en este sistema de cría que si bien no es novedoso, fue desplazado en algún momento por la ceba estabulada; el proyecto propicia la capacitación a los productores y fortalece la gobernanza climática, al impulsar el empleo de recursos endógenos en la obtención de alimentos desde métodos tradicionales, propósito contenido en la Estrategia de Turismo Comunitario Sostenible del Valle de Viñales creada entre actores de la comunidad, las autoridades locales, provinciales y nacionales, con el acompañamiento y asesoría de la UNESCO.
En ella se marcan las pautas para mantener el valor excepcional del sitio y su explotación como destino turístico, para lo que resulta esencial desconcentrar la carga del mismo.
NUEVOS HORIZONTES
La creación de rutas que permitan conocer el valor geológico, paleontológico, hidrogeológico y geomorfológico de la región es una prioridad para el Geoparque precisó Romero Miranda, quien explicó que ya tienen aprobadas ocho, alrededor de las cuales buscan cohesionar servicios al vincularse con actores económicos no estatales y Proyectos de Desarrollo Local (PDL), “no es hacer un sendero, por hacerlo, para que sea un producto turístico tiene que tener una zona donde parquear autos, en la que el visitante pueda ingerir alimentos, acceder a un servicio sanitario y satisfacer otras necesidades”.
Resalta que eso generará ingresos, por ende, bienestar y creará empleos, la mayoría en zonas rurales muchas veces carentes de estas opciones, especialmente para las mujeres.
El Rincón de Viñales es uno de los PDL asociados al Geoparque, Juan Reinaldo Rivera Lemus, es el coordinador, a los pocos minutos de conocerlo, usted sabe que a él aplica el refrán de que es mejor aguantar un loco…, lo encontramos trabajando en la cobija de un techo de guano; artesano especializado en la confección de calzado, es también repentista, y actualmente está inmerso en la edificación de un ranchón cerca de un área de baño en la zona limítrofe con La Palma.
Ya dispone de instalaciones en la comunidad conocida como La Mina de la Constancia, prestar servicios gastronómicos que se ajusten a las tradiciones campesinas y con productos naturales, mostrar la elaboración de artesanías y su comercialización, son las perspectivas de este emprendedor que utiliza materiales locales para la concepción de las edificaciones.
Es un negocio familiar y la finca patrimonio del clan proveerá gran parte de los suministros, dentro de esta cuentan con un mirador y centro de elaboración, a futuro esperan construir cabañas e incluir el alojamiento dentro de sus ofertas, así como encadenarse con otros proyectos en implementación en el territorio.
Sólo tiene contratados a dos trabajadores, el resto de las faenas las asumen sus allegados: “Mi esposa, hermano, tengo dos hijas, cuatro nietos, todos somos zapateros y lo mismo estamos hoy haciendo calzado que un almuerzo para turismo internacional o pizza o pan, nos hemos desarrollado a través de las necesidades que tiene en este momento el país, para resolver las problemáticas que se nos han presentado”.
SU GENTE
Para un Geoparque lo más importante es su gente, explica Ricardo, porque un ecosistema no es nada sin sus habitantes, acota que la intención es llegar hasta los asentamientos que han quedado marginados del desarrollo turístico e impulsar producciones autóctonas que también reflejen la historia geológica de la zona.
“Hoy en el bazar de los artesanos no te encuentras ningún artículo que reproduzca el amonites, fósil del molusco que está en nuestro logo, o un trago, un plato que referencie que Cuba es una isla viajera surgida a dos mil kilómetros de su enclave actual y desplazada por movimientos de las placas tectónicas, eso hay que referenciarlo para el visitante, buscando maneras de hacer que enriquezcan la geo conservación”.
Viñales es una zona con regulaciones especiales, hay una gran responsabilidad en ser guardianes de singulares tesoros, los especialistas trabajan para que se le conceda la categoría de Geoparque mundial.
Esta tierra ha preservado en sí numerosas huellas de la evolución, el viaje iniciado en el pasado y del que fueron proa, al ser la primera porción en emerger, tal vez continúe en el futuro, por el momento, se abre a los visitantes, sin ocultar sus misterios y acogiéndolos con la hospitalidad de los lugareños, cuidando los legados de natura y de sus ancestros, para ser delanteros en el desarrollo sostenible sin renunciar a la prosperidad.