Este 4 de abril los jóvenes cubanos celebran seis décadas y un año de retos importantes, protagonismos y victorias en la construcción del proyecto social con el cual tienen un compromiso, patentizado a través de pruebas exitosas que demuestran la pujanza de las nuevas generaciones.
La Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) surgió tras el proceso de unidad del movimiento juvenil y el desarrollo hacia formas superiores de organización de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), su predecesora, en cuyo Primer Congreso el Comandante en Jefe Fidel Castro propuso y fue aprobado adoptar el nombre de UJC.
En la clausura de ese evento, que sesionó del 30 de marzo al 4 de abril de 1962, el Líder Histórico de la Revolución destacó: “Creer en los jóvenes es ver en ellos además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la patria, fe en la patria, amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos!, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas”.
A lo largo de estos poco más de 60 años, los jóvenes han estado presentes en todas las convocatorias del proceso revolucionario, desde el frente de la economía, la defensa, la educación, la salud, el deporte, la justicia social hasta la esfera científica, cultural y del internacionalismo proletario.
Entre sus más recientes ejemplos de altruismo está el cuidado de pacientes en centros de aislamiento durante el período más complejo de la COVID-19. En esos lugares constituyeron valiosos aliados del personal médico, del cual también muchos eran integrantes como galenos, enfermeros o científicos.
Es preciso recordar también la creación de las Brigadas Juveniles de Trabajo Revolucionario, nombre que tuvieron las primeras organizaciones de base de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, que respondían a un llamado de Fidel.
Meritorios resultaron los legendarios Cinco Picos, denominación que dieron a quienes ascendieron cinco veces el Pico Turquino en la Sierra Maestra, y se involucraron en significativas tareas económicas.
Igualmente los jóvenes estuvieron como fuerza de vanguardia en la Campaña de Alfabetización, las zafras cañeras, la producción cafetalera y tabacalera, y la limpia de marabú en los campos.
En circunstancias en las que se definía la salvaguarda de la Revolución como fue el caso de la invasión por Playa Girón la juventud se incorporó igualmente a la primera línea para defender a la Patria amenazada y la mayor parte de los menores de 25 años eran miembros de la AJR.
En la esfera de la educación sobresale la creación del Primer Contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech en mayo de 1972, integrado por 400 alumnos de décimo grado, quienes asumieron la docencia de los matriculados en las recién fundadas Escuelas Secundarias Básicas en el Campo.
Como fértil semilla surgieron, el 8 de septiembre de 1987, los Joven Club de Computación y Electrónica, por idea de Fidel y con el valioso concurso de las más nuevas generaciones que se involucraron con gran entusiasmo en el aprendizaje de esas tecnologías.
Resultarían interminables las citas de las tareas en las que los jóvenes cubanos han tomado parte en estos 61 años, pero no deben dejar de nombrarse la Batalla de Ideas y las heroicas páginas escritas en misiones internacionalistas que abarcan no solo la lucha armada, sino también la salud, la educación, las artes, el deporte, las ciencias y el desarrollo económico, entre otras.
Actualmente, Cuba enfrenta un redoblado ataque que junto a las tradicionales políticas agresivas de bloqueo y acciones subversivas de todo tipo, el imperio impone con sus estrategias en el escenario de la cultura, la educación, el ciberespacio y en las redes sociales, de ahí que se requiera aunar las fuerzas y en ese empeño la juventud desempeña un rol fundamental como continuadora de quienes durante todos estos años mantuvieron en alto las banderas de la soberanía y la independencia.